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Medina de Rioseco

El coste de reformar el «obsoleto» centro de salud de Rioseco en Valladolid se duplica tras 5 años de parón

La Junta anuncia la rehabilitación del edificio en el municipio de Valladolid con un presupuesto de 4,5 millones de euros, frente a los 2,2 de hace un lustro 

Acceso principal del centro de salud, ahora clausurado porque no es accesibleJ.M. LOSTAU

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Valladolid

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Han pasado más de cinco años desde que la Consejería de Sanidad comenzara a tramitar la rehabilitación del centro de salud de Medina de Rioseco, pero ese primer intento resultó fallido y ahora, al retomar el proyecto, se observa que el ‘parón’ tendrá un significativo impacto en el coste de las obras. Si en 2019 la Junta tenía sobre la mesa un presupuesto de 2,2 millones de euros para llevar a cabo la reforma, en la actualidad la cifra se ha elevado hasta los 4,5 millones.

Más del doble porque en este intervalo de tiempo se han encarecido los materiales, como evidencia el desglose económico del actual expediente, con más de tres millones de euros en ‘ejecución material’. Es decir, sólo ese capítulo ya supera la referencia económica de hace un lustro.

Además del presupuesto, también se ha dilatado la fecha de finalización de las labores de modernización de este inmueble construido en 1960 –hace más de seis décadas– que sufre «múltiples deficiencias» y que se ha quedado «obsoleto» en su distribución.

Cuando en 2019 comenzó a tramitarse el proyecto de rehabilitación (un año después de lo anunciado), la Junta de Castilla y León calculaba tres años de trabajos, pero ahora la previsión es que las actuaciones comiencen el 1 de julio de 2025 y se dilaten 18 meses. Es decir, la rehabilitación integral no estará completa –si no hay más retrasos– hasta comienzos de 2027.

Esta nueva referencia temporal implica que habrá transcurrido prácticamente una década desde que la Consejería de Sanidad (con Antonio Sáez Aguado al frente) se comprometiera a transformar el antiguamente llamado ‘Ambulatorio de la Seguridad Social’ de Medina de Rioseco en un centro que reúna «las condiciones de salubridad y habitabilidad que requiere un edificio público sanitario de estas características», pues sufre de goteras y humedades, la entrada principal por la Plaza Mayor no es accesible, los aseos están tan «anticuados» que algunos se han clausurado por su «estado de abandono», hay deficiencias en cubiertas, techos y paredes, las redes de abastecimiento y saneamiento están recubiertas con fibrocemento y los sistemas de ventilación son «precarios».

A tenor del compendio de desperfectos, «tanto desde el punto de vista funcional como desde el punto de vista de conservación», se va a llevar a cabo una rehabilitación integral de este edificio diseñado por el arquitecto Martín José Marcide Ordriozola, que sigue el esquema clásico de otros edificios sanitarios de mediados del siglo XX, con un diseño en forma de ‘U’.

Consta de tres plantas (baja y dos en altura, además de la bajo cubierta, donde se prevé ubicar la Unidad de Servicio Vital Básico), y en todas ellas se van a remodelar los espacios interiores para conseguir una nueva distribución de consultas que permita optimizar el aprovechamiento de los espacios. Además, se renovarán los acabados y las instalaciones y se va sustituir la cubierta.

Las obras tendrán que compaginarse con la actividad sanitaria de este centro de salud que atiende a 7.000 pacientes de una docena de municipios y que cuenta con servicios de atención primaria, extracción analítica y radiodiagnóstico, atención continuada, profilaxis obstétrica, rehabilitación, salud bucodental y salud pública.

La intención es «crear espacios amplios y luminosos», con consultas de entre 18 y 19 metros cuadrados «asociadas de dos en dos», es decir, acompañando una consulta de medicina general o una de pediatría con una de enfermería, separando los espacios de consulta y los de espera y distribución por «bandas de armarios o estantes» y con diferente tono de acabado en el suelo.

Según consta en la memoria de las obras, el acceso principal se realizará por la Plaza Mayor, gracias al derribo de la escalinata. Se trata, inciden, de «devolver el protagonismo» a esta entrada que a día de hoy está «clausurada» y no se utiliza precisamente porque no cumple las condiciones de accesibilidad.

En la planta baja, además del vestíbulo y la recepción de pacientes, se dispondrán las zonas de extracción y rehabilitación –ambas compartirán sala de espera–, mientras que las consultas de medicina de general y enfermería se repartirán entre la primera y la segunda planta. En la primera también se ubicará la sala de curas de cirugía menor o el despacho de la trabajadora social, mientras que en la segunda estará pediatría.

Mientras, por la plaza de la Constitución estará la puerta de atención continuada o urgencias, «con acceso y funcionamientos independientes del resto del edificio, de forma que pueda funcionar de manera autónoma sin interferir en el resto de actividades del centro», aclara la memoria.

En cuanto al aparcamiento, «serían necesarias un mínimo de 60 plazas» y se reservará un espacio para las bicicletas.

El plazo para que las empresas interesadas en asumir los trabajos puedan presentar sus ofertas estará abierto hasta el 11 de noviembre y después habrá que esperar a analizar la documentación para ver quién se alza con el contrato y si ha habido rebaja sobre la cuantía presupuestada.