La singular oferta de Camporredondo para reabrir su bar: un euro al mes de renta

Tener un euro en el bolsillo es sinónimo de oportunidad empresarial en Camporredondo. Esa ‘tarifa simbólica’ es la que ha fijado el Ayuntamiento de este pequeño municipio de Valladolid con 153 vecinos censados para captar el interés de alguien que quiera encargarse del bar, después de que la pareja que lo regentaba tuviera que dejar el negocio hace dos meses por un problema de salud. «Funcionaba bien y ellos querían seguir, pero no pueden y ahora no encontramos a alguien que quiera trabajar aquí», avanza el alcalde de esta localidad enclavada entre Portillo y Montemayor de Pililla.

Y no será por facilidades. Conscientes de que quizá hagan falta incentivos para que alguien coja las riendas de un establecimiento caracterizado por el «goteo» de clientes, pero no por una afluencia masiva, el Consistorio no sólo ha previsto una cuota cuyo precio está por debajo de lo que cuesta un café o una caña, sino que añade varios ‘extras’ a su oferta.

Además de la renta por un euro al mes, el contrato incluye calefacción y agua gratis, y en la factura de la luz los cien primeros euros están exentos de pago porque se sufragan con fondos municipales. Una «oferta increíble», como dicen en la campaña promocional que están difundiendo en redes sociales.

Se trata de un vídeo elaborado por una vecina, Virginia Guadarrama, que arranca con la imagen de un grifo de cerveza y en letras grandes se anuncia ‘Tu bar por 1 euro’. Después, desglosan todas las ventajas y hacen un llamamiento para despertar el interés en personas que, aunque no sean residentes de la zona, se planteen nuevos retos. «Si buscas un cambio de vida o un nuevo desafío en un ambiente rural y acogedor, ésta es tu oportunidad. ¡No lo pienses más y únete a la vida de pueblo con tu propio negocio!», ensalzan.

La original promoción lleva menos de una semana en los estados de WhatsApp o en las 'stories' de Instagram de muchos vecinos y de gente cercana a Camporredondo y ya está dando resultados, a tenor de las numerosas llamadas que ha recibido el alcalde por parte de gente interesada en conocer los detalles del singular ofrecimiento.

«Ya han contactado conmigo ocho o diez personas, han venido a verlo seis y estoy pendiente de enseñárselo a otros dos», explica el primer edil de este enclave de Tierra de Pinares, contento por la repercusión que está teniendo la iniciativa lanzada en internet, pero reticente porque de momento nadie se ha lanzado a coger las llaves.

Izquierdo sabe que el problema que están viviendo no es exclusivo de Camporredondo, sino que más pueblos, pequeños, como el suyo, han tenido dificultades para encontrar nuevo dueño en el bar. Ellos mismos estuvieron ya una temporada sin este recurso que puede considerarse un servicio, porque suele ser el único centro de reuniones.

Por eso, aunque sea complicado, no van a tirar la toalla. «Aunque seamos pocos, sin un bar no hay convivencia en el pueblo», reflexiona el regidor para destacar su importancia. Y es que ahora, en el mejor de los casos, algunos camporredondeses pueden desplazarse a municipios cercanos a «echar la partida», pero otros se quedan en casa.

En esta tesitura ya estuvieron hace unos años, cuando el propietario del último bar que había en el pueblo se jubiló y no encontró a quien traspasárselo. Como se trataba de un establecimiento particular, el Ayuntamiento optó entonces por acondicionar una sala del centro cívico municipal y, desde entonces, hace aproximadamente un lustro, allí han estado disfrutando de los cafés, de las cartas y de la vida social.

«Está todo nuevo. El local es de 60 metros cuadrados y hay un salón contiguo de cien metros que también se puede utilizar, tiene una pequeña cocina, hay cámaras frigoríficas, calefacción, aire acondicionado... Para lo que necesitamos en el pueblo, está bien», detalla el alcalde.

Con esta carta de presentación, las atractivas condiciones de alquiler y la promoción circulando en redes, confían en que pronto puedan volver a decir ‘nos vemos en el bar’.