Recurre el condenado por el asesinato en 'La Fiestuki': "Tres testigos declararon que disparó otra persona"

El crimen de la sala de fiestas alternativa de La Cistérniga, ‘La Fiestuki’, en la que fue asesinado el joven Brayan L.C., el 1 de agosto de 2022, vivirá este próximo 3 de octubre una posible revisión del caso. El considerado autor del asesinato, el salmantino Rubén Álvarez, que fue condenado el 29 de mayo de este año (tras veredicto condenatorio del jurado, por unanimidad) por la Audiencia Provincial (AP) de Valladolid, ha recurrido la sentencia apelando, entre otros argumentos, que tres testigos, el dueño de ‘La Fiestuki’ y dos porteros, no le reconocen como autor del disparo.

El abogado del condenado, Artístides Arias Maniaga, ha informado hoy a este diario que este va a ser el principal argumento de peso para tumbar la sentencia de la AP vallisoletana, tal y como ya anunció antes de que acabara la vista con jurado en Valladolid.

Los hechos se remontan al verano de 2022, cuando se produjo una discusión en el interior del local de fiestas 'La Fiestuki', ubicado en la localidad vallisoletana de La Cistérniga. El jurado entonces consideró al acusado culpable, condenándole el presidente del jurado a 17 años y medio de prisión por el delito de asesinato.

A este se le añadió el de amenazas, siendo condenado a dos años y medio, y, por último, el de tenencia ilícita de armas, por el que se le impuso una pena de año y medio de prisión. Entre los tres, sumaban un total de 21 años de cárcel.

“Planteamos dejar la condena en un año y medio de prisión por el delito de tenencia ilícita de armas, porque no están acreditadas ni la autoría del asesinato ni las amenazas. Existen hasta tres testigos que declararon que fue otra persona con gorra”, señaló ayer a este diario el abogado defensor.

En la sentencia sí fue exculpada de cualquier cargo la compañera sentimental del acusado C.S.S., a la que pedían un año de cárcel. El fallo también incluía el pago a Sacyl de 2.028 euros por los gastos de asistencia sanitaria que recibió el fallecido y excluía a los padres de la víctima de cualquier indemnización.

Los hechos sucedieron sobre la 1.30 horas de la madrugada en el local situado entre el polígono de La Mora y La Cistérniga, en un local que antes se conoció como 'La Tía Pepa', en la carretera N-122. 

La víctima, que se encontraba en una explanada del exterior, fue herida por arma de fuego en el tórax tras verse involucrado en una discusión por drogas. Llegó a ser trasladado en UVI móvil hasta el Hospital Clínico Universitario de Valladolid, pero acabó falleciendo a las pocas horas.

Durante el juicio, el ahora condenado y su letrado quisieron convencer  a los miembros del jurado de que el verdadero autor del disparo había sido una tercera persona cuyo nombre se negaba a desvelar Rubén por miedo a sus represalias, informó Europa Press. Esa versión tan solo fue respaldada por el titular de la sala de fiestas y dos de sus empleados, ya que, pese a ser testigos del crimen a escasos metros de distancia, no aseguraron reconocer al ocupante del banquillo y sostuvieron que el asesino fue una persona a la que no conocían y que llevaba una gorra.

Ni siquiera el portero de la sala, quien en fase de instrucción y ante la Guardia Civil denunció que el autor del asesinato le había amedrentado para que le abriera la puerta del aparcamiento, refrendó en el juicio dicha circunstancia, de ahí que el fiscal del caso pidiera al tribunal el inicio de acciones contra los tres testigos citados por delito de falso testimonio.