Simancas revive la leyenda de sus 'siete mancas'

Cuenta la leyenda que un 6 de agosto del año 939, Abderramán II requirió a siete doncellas de Simancas como parte del conocido Tributo de las Cien Doncellas que este había exigido al Reino de León. Las jóvenes escogidas, como protesta contra el pago, se cortaron las manos en un intento de que el rey las repudiase y pudiera quedarse en su localidad sin servir como pagaré. “Si mancas me las dais, mancas no las quiero”, contestó según la leyenda Abderramán. Después de aquello, Bureva, como conocían los árabes a la localidad pasó a llamarse Simancas, a raíz de las 'siete mancas' que prefirieron cortarse una mano a convertirse en moneda de cambio.

Once siglos después, Simancas revive la leyenda de sus 'siete mancas', y cada 6 de agosto, dentro de su Semana Cultural, el municipio recrea la gesta de las jóvenes que, para mantener su honra decidieron cortarse una mano. De esta manera, el municipio vallisoletano acogió hoy el tradicional requerimiento, y posteriormente la proclamación de las siete jóvenes que se convierten en las doncellas de la leyenda.

La Plaza Mayor de Simancas se convirtió en la casilla de salida del cortejo que fue avanzando casa por casa hasta requerir, como cuenta la leyenda a todas las jóvenes, cada una con un color del arcoíris, previo consentimiento de sus progenitores. Tres golpes del bastón de mando del edil bastan para dar comienzo a la salida de la primera joven, y tras ella las demás, en una tradición que "goza de buena salud" en el municipio, como afirma el alcalde de Simancas, Alberto Plaza Martín.

"Es una tradición muy importante dentro del calendario cultural, una de las fiestas principales que viven los simanquinos de manera singular, todos volcados y en las calles, sobre todo los familiares de las doncellas", asegura el alcalde. Así, otro año más, Simancas tiene ya a sus doncellas, que simbolizan un mensaje claro: "Plantar cara a algo que, aunque esté establecido, debe ser contestado, decir que no a algo ilógico", afirma Plaza, haciendo referencia a que en la leyenda las doncellas cortaron sus manos en repulsa a convertirse en moneda de cambio.

Por otra parte, el encargado de convertirse en la figura del Mantenedor de las doncellas fue Julio Galán, el artista simanquino internacionalmente conocido que tuvo el honor de imponer las bandas a las 'siete mancas'. "Es un embajador de Simancas por el mundo, y un Mantenedor excepcional que ya exportaba el nombre de Simancas, pero ahora seguro que lo hará con más intensidad", afirma Plaza sobre Galán.

La villa lleva muy dentro esta tradición. Para que una joven se convierta en doncella, primero debe solicitarlo dentro del plazo que el Ayuntamiento establece, además de cumplir los requisitos que el Consistorio pone en relación a edad y demás parámetros. Este año, como desvela el edil, hubo exceso de peticiones, al igual que ocurrió el año pasado, por lo que alguna de las doncellas son aquellas que se quedaron fuera la anterior edición. Además, otro detalle que cuenta el alcalde es que se prepara ya un expediente para que esta tradición simanquina se convierta en fiesta de interés turístico regional. "Nosotros queremos potenciar algo que es nuestro, especial de nuestro municipio", asegura el alcalde, aunque no desvela fechas ni demás detalles en relación al expediente.

De esta manera, Simancas tiene a sus siete doncellas, que serán representantes del municipio y sus costumbres hasta junio del año que viene, fecha de la recreación de la jura de Ramiro I. Durante este tiempo, las 'siete mancas' estarán presentes en diferentes actividades y actos, hasta que llegue el momento de que otras jóvenes simanquinas las sucedan como doncellas. Además, esta tradición se convierte en el colofón final de la Semana Cultural del municipio, que finalizará hoy.