Diario de Valladolid

CONTRA LA PLANTA DE BIOGÁS

Montemayor sale a la calle contra los “especuladores de la basura”

Vecinos del municipio y de localidades del entorno se concentran para mostrar su oposición a la construcción de una instalación de biogás

Manifestación contra la planta de Biogás en Montemayor de Pililla J.M.LOSTAU

Manifestación contra la planta de Biogás en Montemayor de Pililla J.M.LOSTAUJ.M.LOSTAU

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Diario de Valladolid | El Mundo
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Montemayor de Pililla sale a la calle para protestar en contra una planta que consideran que “solo” enriquecerá a los “especuladores de la basura”. Unas 300 personas del municipio y vecinos de otras localidades del entorno se concentraron este sábado para mostrar su oposición a la construcción de una planta de biogás a tres kilómetros del pueblo.

Tras esto, se desplazarona pie hasta el ‘Cabezo’, que es el lugar donde la empresa Libergia ha elegido para situar la instalación, aunque aún no ha presentado el proyecto ante la Junta de Castilla y León, según apuntó a la Agencia Ical la portavoz de la Plataforma contra la macro planta de biogás, Susana Recio, informa Ical.

La concentración, en la que se leyó un manifiesto para dejar claro la repulsa a la planta de biogás y animar a los vecinos indecisos a que conozcan los detalles de un proyecto, contó con vecinos de otras poblaciones de alrededor que también se verán afectadas por esta instalación como Traspinedo, Torrescárcela, Santibáñez de Valcorba, Camporredondo, Viloria del Henar, Cogeces del Monte, La Parrilla y San Miguel del Arroyo.

La plataforma ha puesto en marcha una campaña en Change.org, que ya acumula más de 1.700 firmas, advierte que este tipo de macroplanta de biogás es la “excusa perfecta” para la instalación de macrovertederos de residuos orgánicos en localidades como Montemayor. “Bajo la justificación de tratar los residuos de la gran cantidad de macrogranjas que han puesto en esta tierra, se está instalando este tipo de industria que, a su vez, necesita cada día más combustible, es decir, basura orgánica”, asevera.

Considera que estas instalaciones no crean ningún tipo de riqueza ni puestos de trabajo en los pueblos que sufren sus “efectos”. “Tan solo se enriquecen los especuladores de la basura. Mientras tanto, expulsan de las zonas rurales a los pocos vecinos que nos aferramos a nuestros pueblos. ¿Quién va a querer vivir en un pueblo que apesta?”, añade.

Recio señaló que la presión que han ejercido los vecinos es el motivo por el que la empresa aún no ha presentado el proyecto ante la Junta. “Libergia ya tenía que haber iniciado la tramitación pero al haber comprobado la oposición del pueblo, está a la espera. No pensaban que nos íbamos a organizar de esta manera y hacer tanto ruido”, señaló. Esta vecina de Montemayor añadió que la empresa esperará a que baje el nivel de protestas pero aseguró que la plataforma es consciente que se trata de una “carrera de fondo” y que no cejará en sus objetivos para evitar la construcción de la planta.

Preguntada por el motivo del interés de Libergia en instalarse en Montemayor, Susana Recio aseguró a Ical que es por que el gaseoducto pasa por el término municipal del pueblo y por que se trata de una localidad pequeña, con pocos vecinos. “Esas empresas no van nunca a pueblos grandes, donde la oposición a este tipo de proyectos será mayor”, aseveró.

La plataforma advierte de las dimensiones del proyecto y las “enormes” cantidades de residuos que se pretende gestionar, unas 150.000 toneladas al año, lo que supondría el paso por la localidad de más cien camiones al día.

Además, apunta que los desechos obtenidos de la fermentación, en forma de materia líquida (100.000 toneladas al año) y sólida (más de 25.000 toneladas al año), que la empresa llama “fertilizantes”, van a contener una diversidad de productos químicos y bioquímicos, procedentes de los residuos gestionados como metales pesados, disolventes, restos de antibióticos o pesticidas.

También, se refiere a los olores que desprenden el estiércol y los purines empleados en la fábrica y los insectos que proliferan al lado de las plantas de biogás, sin olvidar el “innegable” ataque paisajístico a toda la zona.

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