Diario de Valladolid

Montemayor de Pililla

Montemayor se alza contra la planta de biogás

La plataforma vecinal del municipio vallisoletano ya cuenta con 3.100 firmas en contra la creación del complejo que tendría capacidad para gestionar hasta 150.000 toneladas de residuos al año

Páramo ‘El Cabezo’ en Montemayor de Pililla, donde se construiría la planta de biogas.

Páramo ‘El Cabezo’ en Montemayor de Pililla, donde se construiría la planta de biogas.E.M.

Publicado por
Miguel Á. Conde
Valladolid

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Indignación en Montemayor de Pililla. Los vecinos del municipio se han revelado contra la creación de una planta de biogás en las inmediaciones de la localidad, a unos 3 kilómetros de distancia del pueblo. Tal es la indignación entre los habitantes de Montemayor que ya recogen firmas para evitar la apertura del complejo. Lo hacen tanto «puerta a puerta» como a través de internet gracias a una propuesta creada en la plataforma ‘Change.org’ que ya cuenta con más de 1.700 apoyos, como desvela una de los miembros de la plataforma vecinal, Susana Recio.

Pese a que no haya un proyecto final sobre la planta de biomasa, los vecinos siguen manteniendo su rechazo hacía el posible emplazamiento. De hecho, este sábado 15 de junio celebran una concentración en la plaza mayor de Montemayor (11 horas) con una posterior marcha hacía ‘El Cabezo’, la «zona cero» como cuenta Recio. Todo ello con el objetivo de mostrar su rechazo hacia la planta de biogás. «No nos vamos a vender por esto», cuenta Recio.

Cuenta Recio que el pueblo entero está completamente volcado en evitar que Montemayor tenga una planta de biogás, y que el pueblo entero está repleto de carteles en relación a la posición de los vecinos. «No estamos en contra de las plantas de biogás, estamos en contra de esta planta», recalca Recio. Sin embargo, asegura que esta «macroplanta», como la llaman, es una «barbaridad». «Son 150.000 toneladas de residuos, no hay macrogranjas suficientes para aportar todos los materiales necesarios», asegura. Y es que los vecinos denuncian que se plantee crear la planta de biogás incidiendo en la cantidad de problemas que conllevaría tanto para el medioambiente como para la vida diaria en el pueblo.

Y es que la planta se situaría en el páramo conocido como ‘El Cabezo’, a medio camino entre Montemayor y Santibáñez. La zona, además, está catalogada como zona vulnerable por contaminación de aguas por nitratos, lo que hace que la instalación de la planta sea aún más peligrosa. «Es imposible que la tierra absorba todos los deshechos», detalla Recio. La contaminación es un factor a tener muy en cuenta, además del impacto paisajístico que supondría montar el complejo a tan poca distancia del pueblo. Sin embargo, detalla Recio, también tendía otros efectos en la vida diaria de los habitantes de Montemayor. Al necesitar de tal cantidad de deshechos para su funcionamiento, se tendrían que trasladar los materiales necesarios hacia la fábrica, y además volver a trasladar aquellas materias de deshecho provenientes de los propios procesos de la fábrica. Por ello, calculan que hasta 20.000 camiones pasarían por la zona. «No hay forma de rodear los pueblos, tendrían que pasar por el medio», asegura Recio. Esto conllevaría, además de malos olores y proliferación de insectos a raíz de los estiércoles y materias de la fábrica, el desgaste de carreteras comarcales y de las propias vías de los pueblos «que ya están francamente mal», cuenta Recio. Todo ello debido a que no hay una autovía cercana por la que pudieran pasar estos camiones.

La plataforma vecinal asegura que este problema no solo influye en el municipio de Montemayor. Las localidades cercanas como Santibáñez de Valcorba, Traspinedo, Camporredondo, Viloria, Torrescárcela, Cogeces del Monte e incluso San Miguel del Arroyo también vivirían los efectos negativos provenientes de la implantación de la planta. «En los pueblos de alrededores están indignadísimos, hemos tenido que ir informándoles casa por casa y realizar charlas informativas», cuenta Recio.

Por otra parte, además del excesivo tráfico de vehículos pesados, los vecinos temen un ‘efecto llamada’. Y es que, según la plataforma, para la implantación de macrogranjas, un 70% de los residuos provenientes de las mismas deben ser trasladados a plantas de biogás. Esto, cuenta Recio podría crear un «efecto llamada». «Nos van a rodear las macrogranjas», asevera.

Este tipo de plantas, según la miembro de la plataforma vecinal, traen consigo otros problemas derivados de su actividad industrial. «A parte del daño medioambiental y del impacto visual, también tienen fugas de gas, desbordamientos de purines y riesgo de incendios», enumera Recio, y añade que la planta se encontraría a lo alto de una ladera, «No quiero ver un río de purines contaminar las aguas», afirma.

La iniciativa colgada en la plataforma Change.org cuenta que la justificación de este proyecto es « tratar los residuos de la gran cantidad de macrogranjas que han puesto en esta tierra», y que «se convierte en la excusa perfecta para la instalación de macrovertederos de residuos orgánicos en localidades como Montemayor de Pililla».

«En los últimos cinco años y, sobre todo, a partir de los conflictos en el suministro de gas desde Rusia a la Unión Europea, que han culminado con la guerra de Ucrania, la obtención de nuevos suministradores, han puesto su mirada en la producción de biogás y biometano, a partir de residuos con alto contenido en materia orgánica, como lodos de depuradora, residuos agrícolas y ganaderos, restos de industrias cárnicas o residuos urbanos» añade el comunicado en la plataforma.

En cuanto al Ayuntamiento, Recio cuenta que está a favor de la creación de la planta. «En este tipo de casos el Ayuntamiento suele posicionarse con los vecinos, nosotros tenemos ese hándicap», cuenta. Y es que asegura que la razón de que el Consistorio vea favorable la construcción de la planta es que se crearían nuevos puestos de trabajo. «Al preguntarles qué puestos de trabajo se crearían nos dijeron que técnicos, ingenieros químicos, perfiles demasiado técnicos, no conozco a ningún ingeniero químico en Montemayor», cuenta Recio.

Sin embargo, desde el Ayuntamiento, el alcalde de Montemayor, Noel Serna asegura que «no es competencia municipal», además de que no existe ningún proyecto final al respecto, por lo que todavía es pronto para hablar de que Montemayor pueda albergar una planta de biogás. Y de hecho, el procedimiento habitual sería la presentación por parte de la empresa, en este caso Libergia, del proyecto a la Junta de Castilla y León.

El pasado 26 de abril la empresa envió una nota aclaratoria al Ayuntamiento «a raíz de las quejas a cerca de la construcción de una planta de biometano en Montemayor», comienza el texto.

En esta, la empresa intenta esclarecer «ciertos puntos» que consideran «indispensables para conocer verdaderamente las implicaciones del proyecto». Así, la empresa contesta a las objeciones de los vecinos en cuanto al tamaño, las implicaciones medioambientales, los olores, el transporte y demás puntos.

Libergia asegura en la nota aclaratoria que en cuanto al tamaño de la planta, «las plantas de biomasa en Europa tienen capacidades similares o muy superiores a las del proyecto de Montemayor», y que el término ‘macro’ es «como poco una exageración más centrada en dar mala publicidad al proyecto que en una valoración real». Por otra parte, la empresa se manifiesta en torno al problema de residuos afirmando que los fertilizantes producidos por la propia planta podrían sustituir a los que la zona de cultivos de Montemayor usa en la actualidad, de manera que los suelos se verían «beneficiados» por los «micronutrientes y materia orgánica» procedentes de estos.

En cuanto a otra de las mayores preocupaciones de los vecinos, el caso de los malos olores provenientes de la planta, la empresa afirma en la nota aclarativa que realizará un estudio odorimétrico de cara a «demostrar de forma numérica y cuantificable el impacto, o más bien ausencia de él, de los olores de la planta».

Además, en cuanto al transporte, la empresa alega que la logística «está diseñada para que el transporte implique un paso de entre uno y dos camiones a la hora», y añade que la logística deberá ser aprobada por el organismo competente. Por otra parte, la nota también aclara que la inversión para el proyecto está estimada en unos 35 millones de euros.

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