Un mar de amapolas en 'Tiedra' de lavanda

Tiedra, verdadera mina del ‘oro malva’ en Valladolid con sus campos de lavanda, amanece estos días teñida de rojo por la espectacular profusión de amapolas. La localidad es un verdadero espectáculo visual en varias épocas del año y ahora la protagonista es una flor tan común como la amapola, que conforma un mar encarnado y móvil al capricho del viento. En dos meses, allá por julio, pasará el testigo al color violeta de la lavanda, que pintará los campos de otro mar bien diferente.

De forma paralela a la floración de la lavanda millones de abejas, provenientes de las numerosas explotaciones de apicultores de la zona, se esforzarán en la cosecha de polen y en la elaboración de miel. El cultivo de lavanda ha crecido un 55% en diez años en Castilla y León, que supera las 1.300 hectáreas de esta especie aromática, el 9% del total del país. Las nueve provincias de la Comunidad producen más de 4.600 toneladas de flor y materia vegetal y 60 de aceites esenciales de lavanda.

Uno de los mayores centros de producción está en Tiedra, sede del un centro de interpretación de este cultivo que han bautizado, precisamente, con el nombre de ‘Tiedra de Lavanda’. Aromáticas del Duero, que también gestiona ese centro de interpretación, es titular de una destilería que da servicio a más de 400 hectáreas de cultivos de lavanda de los pueblos de alrededor.

Tan devota es Tiedra a solazar la vista que incluso acoge un centro astronómico para quien desee contemplar el cielo y sus estrellas.