Diario de Valladolid

Un enemigo silencioso

La Diputación de Valladolid trabaja en un programa contra la adicción al alcohol en personas mayores / El 19% de los hombres y el 8,8% de las mujeres beben alcohol a diario

alcoholemia

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ANDREA GÓMEZ | VALLADOLID
Valladolid

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La Diputación de Valladolid está trabajando en un programa para afrontar la adicción al alcohol entre personas mayores. Según los datos de la última encuesta ESDAM para mayores de 64 años elaborada por el Ministerio de Sanidad dentro del Plan Nacional sobre Drogas revela que el 19% de los hombres y el 8,8% de las mujeres bebe alcohol diariamente. Este número de personas hace que algunos expertos lo consideren como «una pandemia silenciosa» y es que, aunque a veces pueda pasar desapercibido, se trata de un problema grave que afecta tanto a las personas que lo sufren como a las personas que les rodean. 

Este programa tiene el objetivo de sensibilizar a la población sobre el consumo del alcohol entre las personas mayores, en quienes se agravan las consecuencias negativas del abuso de esta sustancia. El Plan Provincial sobre Adicciones y el Programa de Envejecimiento Activo de la Diputación de Valladolid incluyen una iniciativa para visibilizar esta problemática y sensibilizar a la ciudadanía. 

La iniciativa se dividirá en dos fases. En la primera, la Diputación de Valladolid distribuirá un tríptico que han confeccionado de manera coordinada el Programa de Envejecimiento Activo con el Plan Provincial sobre Adicciones de la institución, y que se distribuirá a los Centros de Salud, Centros de Acción Social (Ceas), ayuntamientos y a los particulares que participen en los programas sobre adicciones o de envejecimiento de la provincia. Este folleto contendrá la información que aclara las consecuencias que tiene el consumo de alcohol en las personas mayores y una lista de los beneficios que puede traer el reducir el consumo de bebidas alcohólicas, además de unas claves que ayudan a prevenir esta adicción, como practicar ejercicio físico, ocupar el tiempo en actividades estimulantes o ampliar las relaciones sociales. Además, se añaden una serie de sucesos que pueden desencadenar este problema y por los que hay que estar alerta, por ejemplo la jubilación, la pérdida de un familiar o un ser querido o el deterioro que produce la edad y el propio envejecimiento. 

En la segunda fase, la intención es informar y y formar al personal médico sanitario para implementar a las historias clínicas un conjunto de datos riguroso de los patrones de consumo y de la sintomatología del alcohol en las personas mayores, dando lugar a una intervención más directa y eficaz, aunque esta parte del programa aún está a la espera de que la situación epidemiológica actual mejore. 

Asimismo, está previsto realizar una jornada de trabajo destinada al personal médico y a los trabajadores sociales para analizar el fenómeno del abuso del alcohol en las personas mayores y buscar soluciones.

Adicción normalizada

Esta adicción se puede encontrar agravada por una serie de hechos o circunstancias. Uno de estos agravantes sería la normalización que se da al consumo de alcohol en la sociedad. 

Irse de cañas o tomarse unas copas con amigos o familiares es algo que la mayoría de personas considera normal y cotidiano. Esto tiene también un componente de tradición, ya que forma parte de la cultura española  y, especialmente en las zonas rurales, el consumo de bebidas alcohólicas está ampliamente aceptado y muy ligado a los festejos y celebraciones populares. 

Un segundo agravante sería la porpia edad. Un consumo abusivo de alcohol afecta a todas las franjas de edad, pero los efectos se incrementan mucho más si hablamos de personas mayores, cuyo estado suele ser más delicado. Su abuso propicia algunos tipos de cáncer, empeora la diabetes y la osteoporosis, incrementa el riesgo de caídas y accidentes de tráfico, favorece la pérdida de memoria y deteriora las relaciones familiares, entre otras. Hay que tener en cuenta, además, que las personas mayores metabolizan el alcohol de manera menos eficaz, por lo que pequeñas cantidades de alcohol pueden tener un efecto mayor en su organismo.

Otro agravante sería el desconocimiento, el cual estaría ligado en cierto modo con la normalización. El consumo habitual o frecuente de bebidas alcohólicas propicia en algunas ocasiones que los médicos pasen por alto u olviden preguntar sobre este hábito. Según la opinión de los expertos, existe un desconocimiento de los médicos sobre el uso del alcohol en las personas mayores, dificultando un diagnóstico a tiempo y provocando complicaciones médicas e interacciones no deseadas en el uso de medicamentos.

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