Alarma en Íscar por la paliza a un vecino y el atraco a punta de cuchillo en una gasolinera
Unos encapuchados agredieron a un hombre, que tuvo que ser hospitalizado por una fractura de nariz, explicó el alcalde / Detectan un grupo de «jóvenes extranjeros» que «intimida» y «se encara» con la gente
Plaza Mayor de Íscar, en cuyas inmediaciones fue agredido un vecino el pasado fin de semana.-A.I.
La localidad vallisoletana de Íscar vive desde hace aproximadamente dos semanas un clima de «gran inseguridad» y «preocupación en la calle» después de que un vecino del pueblo recibiera este fin de semana una «paliza» en pleno centro del pueblo, de que la empleada de la gasolinera fuera atracada «a punta de cuchillo» el domingo anterior y de que se hayan registrado varios robos en establecimientos comerciales, según explicó el alcalde, Luis María Martín García.
Los hechos más graves se registraron la noche del sábado, cuando un hombre de unos 60 años volvía a su domicilio tras haber visto el partido de fútbol del Real Madrid en un bar y, finalizado el encuentro, en torno a las 22.30 horas, un grupo que aún no ha podido ser identificado, se le acercó por la espalda, le tiró al suelo de un empujón y le propinó varios «golpes y patadas».
Los hechos sucedieron en las inmediaciones de la Plaza Mayor, relató el regidor, a manos de personas vestidas «con cazadoras negras, capuchas y con la cara tapada», según la escueta descripción que debió de facilitar el agredido, que tuvo que ser trasladado al hospital.
«Ya está en casa, pero sigue de baja porque le dieron una paliza y le rompieron la nariz», detalló Martín García después de haber hablado con familiares del agredido y de constatar que había puesto la correspondiente denuncia. Según confirmó el primer edil, no le robaron nada.
Pocos días antes, en concreto el domingo anterior, también una empleada de la gasolinera situada a las afueras de Íscar, en la avenida de San Miguel, dijo haber denunciado ante la Guardia Civil que había sufrido un atraco cuando estaba cerrando la estación de servicio.
Los hechos se produjeron pasadas las 23 horas del domingo 17 de noviembre, tal y como relató a este periódico la propia trabajadora, que prefirió no identificarse, cuando fue a activar la alarma y a bajar la verja. «Me di la vuelta y lo tenía al lado, con un pasamontañas y una capucha».
El hombre, que por la voz dedujo que era joven, le preguntó si estaba cerrado y, cuando le respondió que sí, la amenazó con un cuchillo y la pidió que le diese el dinero, recordó sobre lo sucedido.
Entonces eché a correr y me caí al suelo; él se debió asustar y se fue», añadió tras remarcar que todo ocurrió «muy rápido» y que se hizo una pequeña brecha por el golpe, a la que restó importancia porque apenas sangró.
Desde entonces no han sufrido más incidentes en la gasolinera pero en otros establecimientos de Íscar sí han alertado de más episodios de robos, como la sustracción de un teléfono en una peluquería. Según precisó el alcalde a partir del testimonio de la dueña del salón de belleza, una mujer entró hace pocos días en el local para pedir cambio, colocó unos papeles encima del mostrador y aprovechó para llevarse un móvil que había sobre él.
Además de estas «incidencias», Martín García sostuvo que varios vecinos han sufrido «intimidaciones» por parte de un pequeño grupo que ronda los 20 años de edad y que no son naturales del pueblo, aunque todavía no les han identificado, y están pendientes de confirmar si se trata de los mismos que han podido perpetrar los atracos y actos violentos.
«Aquí llegan extranjeros constantemente y creemos que pueden ser los hijos de alguna familia que haya venido a trabajar a Íscar. Sobre todo hay un grupo con no muy buena disposición, de tres o cuatro chicos, que se queda mirando a la gente por la calle y se encara con ella, aunque no sabemos lo que dicen porque hablan en otro idioma», apuntó sin saber especificar cuál puede ser su procedencia. «Intentamos tenerlos controlados por si fueran ellos los responsables», añadió.
El regidor de Íscar aseguró que no le consta que se hayan producido acontecimientos similares en otros enclaves cercanos y que los cuerpos de seguridad de la localidad, tanto de la policía municipal como la Guardia Civil, han intensificado la vigilancia para tratar de aclarar la autoría de los sucesos.
«El sentimiento de inseguridad en el pueblo es muy grande, sobre todo porque cuando salen los críos de clases o academias ya es de noche, así que los padres nos transmiten que están preocupados», reiteró Martín García.