San Miguel recibe una vez más al Rey
Los sanmigueleños engalanan la localidad vallisoletana para recrear la visita de Alfonso XIII en 1925 / La directora del acto, Marian Acebes, lo define como «una píldora de historia y un espectáculo muy visual»
La llegada del Rey Alfonso XIII al municipio vallisoletano de San Miguel del Arroyo es un evento que todavía sigue vivo en el recuerdo de muchos de sus vecinos. A pesar de no quedan apenas supervivientes de aquellos días (no en vano han pasado 94 años), las historias y las crónicas de la época han conseguido que los sanmigueleños hagan lo posible por evocar tan insignes acontecimientos.
El paso del monarca por la localidad ocurrió en noviembre del año 1925 con motivo de unas maniobras militares de caballería que tuvieron lugar en la zona de monte situada entre San Miguel del Arroyo y Santiago del Arroyo. Alfonso XIII quiso saludar por sí mismo a los oficiales presentes, decisión que le llevó a visitar el municipio.
Tal fue la revolución que esta visita causó entre los vecinos, que se apresuraron a engalanar sus casas y a vestir sus mejores atuendos para presentarse ante la comitiva real que discurrió por las calles de la villa, según recogen algunos artículos de prensa que a día de hoy todavía se conservan.
Casi un siglo después, las actuales habitantes de San Miguel se afanaron en revivir el día que Alfonso XIII visitó su pueblo, y por eso ayer celebraron una recreación histórica que ha contado con la participación de casi toda la localidad y con un despliegue de medios de gran envergadura.
Retorno a 1925
Fue la Cofradía de Fuenlabradilla la primera asociación que se planteó realizar una recreación de la visita real a San Miguel del Arroyo. Para ello, contactaron con Marian Acebes, una historiadora que sería la encargada de dirigir la representación para que conservase el rigor histórico oportuno.
Es la propia Acebes quien explica cómo se prepara un evento de este tipo: «Primero hay que contactar con la población y realizar una convocatoria a través del ayuntamiento. Allí se les explica cómo se va a desarrollar la interpretación y se les invita a participar con frases muy cortas o como figurantes». Para la historiadora, la parte de convencer a los vecinos para que intervengan es lo más difícil. Acebes explica que también es complicado conseguir una puesta en escena adecuada, pues «hay que explicar a los vecinos qué tipo de atuendos tienen que ponerse, porque hay que cuidar la visualidad. Este año, además, contaremos con varios animales, edificios de San Miguel que ambientarán algunas escenas e incluso un coche de época».
El resto, sin embargo, no parece mucho más sencillo. Es preciso elaborar un guión, que en este caso ha sido obra de la directora de teatro Esther Pérez Arribas, y cuidar cada uno de los pequeños detalles para conseguir una experiencia inmersiva, lo que implica, por ejemplo, retirar los contenedores de basura de las calles o ilustrar cada bandera con el escudo real acorde a la época.
Este año, la recreación teatral dio comienzo a las 17.30 de la tarde. Partió desde la Plaza Mayor para recorrer diferentes lugares de interés del pueblo donde se representaron diferentes momentos de la visita del rey.
Al tratarse de una representación móvil, también es difícil coordinar al público. Para evitar complicaciones, un músico marcaba el recorrido al son de su dulzaina y amenizaba los desplazamientos hasta que todo el respetable hubiera conseguido un lugar desde el que ver cada representación.
Como la propia Marian Acebes comentó, «los asistentes recibieron una píldora de historia a través de un espectáculo muy visual».
Tras el éxito cosechado, las expectativas de repetir en próximos años son altas. Acebes se permite incluso emocionarse pensando en ampliar los escenarios, «incluyendo las zonas del monte de fuera del pueblo para recrear las maniobras militares», explica.
Por el momento, puede darse por satisfecha después de que el público quedara enormemente asombrado con la recreación, y que incluso pudiera sentirse protagonista de la visita de Alfonso XIII a San Miguel del Arroyo. Un retorno a 1925 conseguido gracias al esfuerzo de los sanmigueleños y del resto de personas de los municipios de alrededor que han colaborado.