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Los vacceos retornan a su campamento en Cabezón

La localidad celebra mañana su tradicional recreación histórica que comenzará con desfile matutino y concluirá en noche de antorchas

Un brindis rústico en el campamento vacceo de Cabezón, en una edición anterior de la recreación histórica.-J. M. LOSTAU

Publicado por
Santiago G. del Campo
Valladolid

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Cabezón de Pisuerga se mete mañana en el túnel del tiempo para regresar a la meseta norte prerromana, a aquellos tiempos en que los vacceos poblaron el lugar. Un pueblo orgulloso, bravo, que no dio su brazo a torcer hasta que no hubo más remedio. No cayó vencido hasta las batallas del año 29 antes de Cristo, cuando los soldados del emperador Octavio Augusto empezaron a pasar su rodillo con las Guerras Cántabras y terminaron con la romanización total de la Península Ibérica.

Unos 2048 años después de aquello, mañana sábado el pueblo de Cabezón se levantará igual de orgulloso que los miembros de aquella rama descendiente de los celtas. Emularán a unos paisanos que practicaban, como muchos cabezoneros de hoy, la agricultura y, como los de hace bien poco, la ganadería trashumante.

Se trata de la ya tradicional recreación histórica ‘Fiesta Vaccea de Lugnasac’ de Cabezón de Pisuerga, que toma como escenario la zona de bodegas del municipio. La celebración es veterana, ya que se celebra desde el año 2002 y se ha convertido en el evento que aglutina a un mayor número de visitantes llegados de la provincia y sus alrededores.

Se trata de una representación popular de un día en la vida de los vacceos y su lucha contra los romanos, acompañada de bailes y juegos. «Así rememora el pueblo los orígenes celtíberos del municipio», explicaron ayer los organizadores durante la presentación del evento en el vallisoletano Palacio de Pimentel, sede de la Diputación provincial.

Indígenas

El contexto histórico de esta fiesta se sitúa en torno al año 140 y 50 antes de Cristo, momento en que los romanos irrumpieron en el poblado indígena vacceo, un pueblo que llevaba asentado varios siglos en la franja central del Duero.

Se representará un poblado vacceo, y las luchas que éstos mantuvieron con la legión romana del general Lúculo, resistiendo para que no les invadiesen. A ello se añade la fiesta en honor a Lugnasac, (Lughnasadh o ‘asamblea de Lug’), de marcado carácter agrario, una ceremonia que se celebraría en agosto con la culminación de la recogida de la cosecha.

La comitiva irá encabezada por los jefes vacceos, precedida por los estandartes e insignias vacceas y romanas. El desfile se dirigirá hacia la ‘aldea vaccea’. Allí se celebrarán las ‘bodas’ vacceas, en las que la reina y damas de las fiestas patronales contraerán matrimonio ficticio con los guerreros.

Durante toda la jornada, en el poblado se instalará un ‘mercado vacceo’ en el que expondrán y venderán productos artesanos y gastronómicos. La tarde de la fiesta es para los niños. En la aldea pueden realizar talleres y juegos romanos y vacceos y la recreación de la vida cotidiana por el grupo ‘Boquique’.

Por la noche se repetirá el desfile, con las antorchas y el fuego como protagonistas. La comitiva llegará al poblado, recreando luchas y litigios contra el pueblo romano. Al terminar la lucha, se procederá al ritual funerario de incineración en una gran hoguera del anciano más venerable. Y mientras arde la hoguera, todos los participantes en el enterramiento danzarán alrededor.