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Una sima de huesos de represaliados

La excavación de la ARMH en Medina halla un cúmulo de cadáveres de dos metros de altura formado por los restos de 42 víctimas arrojadas por la zarcera de la bodega de ‘los Alfredos’

Montículo de huesos humanos iluminado por la zarcera de la bodega de ‘los Alfredos’, a 10 metros bajo tierra.-E. M.

Publicado por
Santiago G. del Campo
Valladolid

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En un sórdido cúmulo de dos metros de altura, en una bodega a diez bajo tierra, se amontonan los restos de hasta 42 represaliados de la Guerra Civil. Allí permanecen desde hace 82 años, iluminados ahora por la luz que se cuela en la ancha zarcera por donde fueron arrojados los cuerpos, tras los fusilamientos, en un frío diciembre de 1936.

La excavación arqueológica en la fosa común de Medina del Campo, a cargo de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), ha cumplido el primero de sus objetivos: la localización de los cadáveres de las víctimas de la Guerra Civil. En unos días cerrará la galería para proceder a la segunda fase, la extracción de los cuerpos.

«Es un verdadero reto», explicó ayer, en respuesta a este periódico, el arqueólogo coordinador de la excavación y presidente de la ARMH, Julio del Olmo. «Se trata de una intervención muy particular que no tiene nada que ver con el trabajo que hemos hecho hasta ahora. Habíamos encontrado cuerpos en otras fosas tal cual les enterraron, y en ese caso se trata de irlos descubriendo, fotografiando, extrayendo...».

Sin embargo en este caso, «al haber sido arrojados, es como en una sima: los cuerpos se han ido acumulando unos encima de otros, y así, se han producido desplazamientos de unos sobre otros. También se han producido derrumbamientos, y como consecuencia están todos desmembrados».

La extracción de los cadáveres de la fosa de Medina –27 de ellos documentados– se hará al revés de lo normal, como si estuvieran en superficie. «Vamos a ir posicionando cada uno de los restos, registrando su colocación. Cuando avancemos, en laboratorio podremos ver a qué cuerpo correspondía cada uno».

En la excavación de la malhadada bodega de la conocida como ‘Casa de los Alfredos’, pocos esqueletos podrán aparecer completos. «Quizá algunos de la base del cúmulo, los primeros que cayeron sobre el suelo horizontal». Una circunstancia que convierte la extracción en un verdadero rompecabezas. «Ahora mismo estaba dándole vueltas al tipo de fichas que tenemos que emplear en este caso», reflexionó DelOlmo.

Lo que está claro es que los datos transmitidos por la tradición oral se ajustan a la realidad. Los descendientes de los asesinados habían escuchado que los cuerpos fueron arrojados por el respiradero de la bodega, y así se ha constatado.«Hay que tener en cuenta que el suelo está a diez metros de altura desde la boca de la zarcera», apuntó el arqueólogo. «Así que primero sufrieron un fuerte golpe, y después la descomposición y los derrumbes terminaron de desplazar los huesos». Por otra parte, existe «impacto por parte de animales», ya que se han encontrado conejeras en el montículo. «Todo eso mueve los restos».

En los próximos días, la ARMH terminará de aislar la zona de los huesos y limpiar la bodega. Después cerrará el acceso, a la espera del inicio de una segunda intervención, la que se ocupará de la extracción. El presupuesto de alrededor de 9.000 euros para la primera fase se ha terminado, tras un mes de intervención. Ahora esperan la resolución de una subvención de la Junta, por 50.400 euros.

La siguiente fase, por su naturaleza, «necesitará de un equipo de profesionales», apuntó Del Olmo. Podría prolongarse más de tres meses. Una tercera etapa efectuará un análisis forense pormenorizado para recomponer los restos.

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