Diario de Valladolid

«Depender de otro sería lo último que haríamos»

Villalán es uno de los tres únicos pueblos de Valladolid, junto a Barruelo y Villamuriel, que funcionan bajo la fórmula del Concejo abierto / Tienen alcalde pero las decisiones se votan en asamblea vecinal

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Laura G. Estrada
Valladolid

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El reducido número de personas censadas en una localidad, la dificultad por parte de los partidos para conformar una lista completa o, por qué no, la buena predisposición de los residentes para implicarse de lleno en los proyectos de su municipio, son algunos de los argumentos esgrimidos en los tres pequeños enclaves de la provincia que están constituidos como Concejo Abierto.

Villalán de Campos, Barruelo del Valle y Villamuriel de Campos funcionan desde hace años ,y seguirán funcionando a partir de las próximas elecciones municipales, bajo esta fórmula caracterizada porque son los propios vecinos del pueblo los que toman las decisiones, reunidos en asambleas equiparables a los plenos.

Tienen alcalde, sí, y el 26 de mayo volverán a elegir en las urnas a su representante para los próximos cuatro años. Pero los ‘ganadores’ serán regidores sin otros concejales para conformar una corporación. Gobernarán en solitario, aunque bien arropados, actuando como moderadores en los debates y tratando de conducir las inquietudes personales hacia el bien común del municipio.

Ignacio Sánchez Franco, alcalde de Villalán y candidato a la reelección por el Partido Popular como independiente, tiene claro que esta fórmula de gestión «facilita la toma de decisiones» porque «todo el que quiere se implica». La comunicación oficial de las reuniones, tanto ordinarias –un pleno por trimestre– como extraordinarias, las cuelgan en el tablón de anuncios, pero también las nuevas tecnologías juegan a su favor y el aviso llega enseguida vía WhatsApp.

La última fue la semana pasada para aprobar la dotación económica del mobiliario para vestir la torre de la iglesia, convertida en alojamiento rural. «El funcionamiento es idéntico al de cualquier otro Ayuntamiento; de hecho en los grandes pueblos se reúne más gente que aquí», explica el regidor de esta localidad terracampina con 33 habitantes empadronados.

A pesar del escaso censo, y de que en los meses de invierno apenas vive una docena de personas, Sánchez Franco renuncia a la idea de que se adhieran administrativamente a otro enclave con mayor entidad. «Depender de otro sería lo último que haríamos», espeta rotundo. Porque considera que se convertirían en «el pueblecito de al lado» cuyos problemas dejarían de interesar.

De hecho, cree que el Concejo Abierto es una fórmula que tendrían que copiar en otros enclaves con similares características de población. «La gente está implicada y pendiente; ser alcalde en Villalán es fácil», añade.

Ignacio Sánchez lleva doce años en el cargo y aspira a la reelección, con el convencimiento de que la despoblación se ataja desde dentro, buscando recursos propios «para sobrevivir», como en su caso ha sido la conversión de la torre en reclamo de turismo. «Pretender que los de Madrid vengan a ponernos la fibra óptica para frenar la despoblación es pura retórica; hay que tener los pies en el suelo y asumir que no hay reposición», valora.

Precisamente la disminución de vecinos supondría que, de no haberse cambiado la Ley Electoral, 56 localidades de la provincia de Valladolid estarían obligados a regirse por la fórmula del Concejo Abierto por no superar los cien habitantes censados. Pero desde 2015 tienen la posibilidad de contar con tres concejales y es el sistema por el que se rige la mayoría, frente a los tres casos donde cada vecino con derecho a sufragio participa de forma directa en las decisiones.

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