Diario de Valladolid

Embudos para reactivar el reciclaje

La Diputación reparte 40.000 adaptadores con el objetivo de incrementar las cifras de recogida de aceite usado tras instalar contenedores en todos los enclaves

Uno de los contenedores de aceite en Arroyo de la Encomienda.-DIP.VA

Uno de los contenedores de aceite en Arroyo de la Encomienda.-DIP.VA

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Laura G. Estrada
Valladolid

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La importancia de reciclar el aceite doméstico ha ido poco a poco calando en la conciencia de las familias vallisoletanas pues, según ponen de manifiesto las estadísticas, los kilos recogidos se han ido incrementando de forma paulatina desde que hace ocho años comenzaran a instalarse los primeros contenedores en la provincia, en concreto en 41 de los enclaves más poblados de la geografía vallisoletana.

Sin embargo, el significativo descenso en 2017 hizo saltar las alarmas a la Diputación y ahora, además de extender la red de contenedores naranjas a todos los enclaves –únicamente Montemayor de Pililla carece del servicio porque el Ayuntamientos no lo ha solicitado–, ha comenzado una campaña basada en el reparto de 40.000 embudos para que los vecinos acumulen el residuo en botellas de plástico para luego llevarlas al depósito correspondiente.

El objetivo es evitar que acabe en las tuberías, dañando las redes de saneamiento y, sobre todo, provocando un importante perjuicio a la red hídrica. «Un litro de aceite usado puede contaminar hasta mil litros de agua», recuerda el Consorcio Provincial de Medio Ambiente, pero aún es ‘normal’ que los restos «se viertan por los desagües domiciliarios y terminen en los cauces».

«Falta conciencia de que se trata de un residuo muy dañino y queríamos reactivar su reciclaje», destacó el diputado de Medio Ambiente, Alberto Magdaleno, tras constatar que las cifras de recogida habían sufrido un descenso. Porque en 2011, con la puesta en marcha inicial de los contenedores, se recogieron 23.910 kilos en la provincia, al año siguiente prácticamente se duplicó hasta los 42.980 kilos y en años sucesivos (a excepción de 2014), se fue incrementando hasta que en 2016 se logró el pico más alto, con 66.649 kilos.

Al año siguiente, sin embargo, se recicló un 7,6% menos de aceite doméstico en las 41 localidades que entonces estaban dotadas con contenedor específico para este desecho y, el año pasado, gracias a la extensión del servicio hasta sumar 350 contenedores en 237 municipios y pedanías –todos a excepto Montemayor–, se obtuvieron 70.915 kilos de aceite. Un importante incremento que, además, esperan superar en el presente año gracias al reparto de los embudos para facilitar su reciclaje en botellas de plástico.

Además de la distribución de estos adaptadores (que se pueden acoplar a botellas de refrescos o a las de agua, con un adaptador), se están adjuntando folletos con las intrusiones de uso y con información sobre la importancia de reciclar el aceite cuando ya no se puede aprovechar para cocinar.

Entre los beneficios, recuerdan que se adhiere al desagüe y daña la red de saneamiento, «complicando la recuperación de aguas residuales en las depuradoras». Si finalmente llega a los ríos, «se crea una película difícil de eliminar que afecta a la capacidad de intercambio de oxígeno» y «puede provocar la muerte de los peces». Tanto si es de oliva, como de girasol, soja o maíz, añade el informe facilitado por la Diputación a través del Consorcio Provincial de Medio Ambiente, «es difícilmente biodegradable».

Con esta campaña de concienciación incidirán no sólo en los perjuicios, sino también en los beneficios de un tratamiento adecuado, pues al depositarlo en los contenedores específicos se vuelve a incorporar «a la cadena productivo» y se puede aprovechar «en la producción de biocombustibles, jabones, productos de cosmética, abono orgánico, lubricantes, velas, pinturas o barnices». En el caso de Valladolid, quien se encarga de procesarlo es una empresa gallega, que lo depura antes de venderlo a una industria de biocombustible.

La teoría está clara, pero hay que ponerla en práctica. Porque aunque ya haya contenedores para aceite de cocina en prácticamente todos los núcleos de la geografía vallisoletana, las ratios aún están lejos de los objetivos. Según los cálculos del Servicio Agrario de la Diputación, cada persona genera alrededor de dos kilos de residuo de aceite a lo largo de un año, pero según reflejan las tablas facilitadas, sólo nueve localidades superan el kilo reciclado.

Se trata, por orden de importancia, de Moraleja de las Panaderas (1,71), Roturas (1,56), Salvador de Zapardiel (1,44), Gatón de Campos (1,18), Velascálvaro (1,11), Brahojos de Medina y Villafrechós (1,08 en cada caso), Puras (1,04) y Padilla de Duero (1,02). Todos ellos con escasa población. En términos absolutos, destaca Arroyo de la Encomienda, donde el año pasado se recogieron 7.465 kilos de aceite, seguido de La Cistérniga, con 5.415, y Tordesillas, con 3.600.

Junto con la distribución de embudos –pendientes por repartir en varios municipios de la zona norte, según confirmó el área–, la Diputación solicitará una línea de subvenciones convocada por el Gobierno central para poder impartir charlas y talleres en los colegios de la provincia que ahonden en la concienciación como base para lograr que este residuo no acabe en el fregadero.

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