Tordesillas expondrá este año el tratado original en el 525 aniversario de su firma

El escrito original del Tratado de Tordesillas, firmado entre las coronas de España y Portugal en 1494 para el reparto de las zonas de navegación y la conquista del Nuevo Mundo, viajará por primera vez en la historia reciente hasta la localidad vallisoletana donde se firmó dicho acuerdo, para exponerlo en la conmemoración del 525 aniversario de su rúbrica. Así, durante el fin de semana del 7 al 9 de junio, el público podrá contemplar este crucial documento, el único del patrimonio español inscrito en el Registro de la Memoria del Mundo de la Unesco desde 2007.

«Cuando celebramos el 500 aniversario se trajo un facsímil, pero ahora es la primera vez que tendremos el original», avanzó el alcalde de Tordesillas, José Antonio González Poncela, a la espera de que el próximo 4 de marzo se celebre una reunión entre el Ministerio de Cultura, la Junta de Castilla y León, la Diputación de Valladolid, la Universidad de Valladolid (UVA) y el propio Ayuntamiento, para diseñar el programa de actividades en torno a la efeméride.

La posibilidad de contemplar en Tordesillas el documento original de ratificación será, sin duda, uno de los principales reclamos de los actos de celebración del aniversario, gracias a su traslado desde el Archivo General de Indias de Sevilla, donde se conserva el tesoro y donde se exhibe de manera excepcional. Se trata del ‘pacto’ escrito en idioma portugués, puesto que el compromiso escrito en castellano lo custodia el país vecino.

A la espera de cerrar la programación de actos, González Poncela adelantó que está previsto realizar esa primera semana de junio un ciclo de conferencias en torno a la importancia desde el punto de vista jurídico que tuvo el Tratado de Tordesillas para los derechos de navegación, con la primera expedición de Elcano y Magallanes que dio la vuelta al mundo como hilo conductor.

Esta hazaña, acontecida hace cinco siglos, cuando un conjunto de navíos partiera desde Sanlúcar de Barrameda con el objetivo de encontrar un paso entre el Atlántico y el Pacífico navegando hacia el Oeste para llegar a las Indias, como había intentado Cristóbal Colón, también llegará a Tordesillas a principios de junio coincidiendo con el aniversario de la firma del Tratado.

Será a través de la exposición El Sueño. De la idea al proyecto, impulsada por el Ministerio de Cultura con un montaje audiovisual para dar a conocer el reto que supuso esa aventura, en una muestra itinerante que está recorriendo desde hace meses la geografía española.

De hecho, en abril del año pasado ya ‘hizo escala’ en Valladolid –ciudad que acogió la firma de las capitulaciones para la expedición–, en concreto en el Palacio de Santa Cruz de la capital, y ahora llegará al Monasterio de Santa Clara de Tordesillas procedente de San Sebastián, según explicó el regidor de la localidad.

Más allá de esta muestra expositiva y de la recepción del escrito original del Tratado, González Poncela aclaró que aún no han cerrado el resto de la programación, a la espera de la próxima reunión entre representantes del Estado, la Comunidad Autónoma, la provincia, la Universidad y el Ayuntamiento, a fin de diseñar el conjunto de actividades que se organizarán para conmemorar el 525 años de la rúbrica de aquel acuerdo alcanzado entre España y Portugal para evitar las rivalidades por la lucha comercial.

Para el impulso de la programación especial, el Ayuntamiento de la localidad todesillana cuenta con una partida de 7.000 euros que ha reservado en el Presupuesto de este año, y ha dotado con mil euros más al Centro de Iniciativas Turísticas (CIT) en el último convenio, explicó el alcalde, con el objetivo de que se pueda llevar a cabo una recreación histórica que el año pasado no realizaron, según alega el colectivo en su página web, «forzados» por varias circunstancias, entre ellas las económicas.

Sin embargo, durante dieciséis años han salido a la calle gracias a la colaboración de socios y vecinos para simbolizar el acuerdo entre Castilla y Portugal, y poner de relieve que «sus consecuencias, de un valor histórico y cultural inimaginable, siguen vivas» y son «dignas de recordarse».