Boecillo y Aldeamayor piden ampliar la seguridad ante el incremento de robos
La Subdelegación del Gobierno asegura que el número es inferior respecto al de hace un año, aunque no ofrece datos / El último robo denunciado ocurrió el 4 de enero en San Miguel del Arroyo
Durante los dos últimos meses, varios municipios del sur de la provincia de Valladolid sufrieron continuos robos en casas de pueblos cercanos al eje de la autovía de Segovia (A-601).
Algunos municipios como Aldeamayor de San Martín o Boecillo, entre otros, quisieron reclamar la incorporación de mayor número de personal en seguridad para la tranquilidad de sus vecinos.
«Durante el último mes de diciembre se produjeron tres robos», y entre una de las causas se debe a una «falta de plantilla de efectivos que no está completa», denunció a este periódico la alcaldesa de Boecillo, María Ángeles Rincón.
Además, confesó que desde la subdelegación del Gobierno «no nos han transmitido nada» sobre el asunto para proponernos alguna medida al respecto.
Por su parte, el alcalde de Aldeamayor de San Martín, Fernando de la Cal, según informa Ical, incidió en la falta de efectivos en la Benemérita que no pueden cubrir todos los pueblos a la hora de realizar labores de patrulla, algo que le reconocieron los propios guardias civiles de Boecillo, que es el cuartel de referencia para Aldeamayor. «Las emergencias y los servicios de asistencia se cubren rápido pero falta más presencia policial en las calles», apuntó.
En el caso de Boecillo y Aldeamayor, informa Ical, dependen del cuartel de Boecillo que también tiene la plantilla incompleta.
«Hay que reforzar la seguridad en los pueblos pero eso es imposible si los cuarteles, como es el caso de Boecillo, no tiene la plantilla completa», explicó la edil del municipio.Una localidad que, además, cuenta con Policía Local pero que también está mermada de efectivos ya que sus tres agentes no pueden cubrir todos los turnos.
«Tras los cuatros robos registrados en el pueblo en los últimos dos meses, la Guardia Civil me dice que intensificarán las patrullas en la medida de sus posibilidades», apuntó.
Según comunicó la Subdelegación del Gobierno a este medio, los datos que manejan con respecto al mismo periodo del año pasado, es «inferior», aunque no fue posible que aportaran datos oficiales.
El alcalde de Portillo, Ignacio Álvarez, también aseguró que desde la subdelegación «no han transmitido nada» sobre si realizarán alguna medida ante la situación. Una declaración a la que el alcalde de Viloria, Fernando Antorán, también quiso recalcar que «desde la subdelegación no se han querido poner en contacto» con una situación que provoca que «los vecinos del municipio estén mosqueados».
Viloria sufrió un robo hace apenas quince días y otro más apenas unos días antes de Navidad. «Son fechas muy concretas y suele ser normal que los ladrones aprovechen la época navideña», comentó Antorán.
El último robo denunciado en la Guardia Civil se produjo en la tarde del pasado 4 de enero en San Miguel del Arroyo, donde una casa sufrió la visita de los cacos que se colaron por una pequeña ventana de un baño, informa Ical.
Una vivienda que está situada junto al Ayuntamiento de la localidad, donde en ese momento había la proyección de una película para los vecinos. «La tarde de ese viernes hubo movimiento por la Plaza Mayor del pueblo y nadie vio nada», explicó el alcalde de San Miguel, José Arenal.
La mayoría de estos hurtos se produjeron en pueblos como Portillo, San Miguel del Arroyo y Aldea de San Miguel que dependen del cuartel de la Guardia Civil situado en Portillo.
Un puesto de la Benemérita que durante las últimas semanas se vio obligado a desplazar a varios de sus guardias a otro cuartel cercano de la provincia, en Mojados, para cubrir las necesidades del servicio de vigilancia durante las tardes ante el elevado número de bajas laborales de efectivos en ese lugar.
MODO DE ACTUACIÓN
El ‘modus operandi’ es que los ladrones revienten ventanas o puertas cuando los moradores no están en el interior en busca de dinero en metálico y joyas.
Los cacos comprueban que no hay nadie llamando a los timbres, aunque en algún caso los ladrones fueron sorprendidos por los propietarios, lo que obligó a su salida a toda prisa. Los ladrones peinan en pocos minutos las casas, en busca de dinero y joyas, aunque también pueden llevarse algún equipo de tecnología de pequeño tamaño como teléfonos móviles y tabletas.
Todo hace indicar que los ladrones visitan el pueblo unos días antes de acometer el robo en busca de casas y para analizar su ubicación y posibles entradas a la vivienda.
Algunos alcaldes precisan que tienen sospechas que estos cacos tengan alguna ayuda de los propios vecinos del municipio, quienes les facilitan información sobre salidas o ausencias de los propietarios en sus residencias, algo que es más habitual en las recientes fechas navideñas.
La localidad más castigada por la acción de los ‘amigos del ajeno’ fue Aldeamayor den San Martín que en las últimas semanas sufrió siete robos, cuatro de ellos en el casco del pueblo, dos en la Urbanización El Soto y otro más en Aldeamayor Golf. En todos los casos, salvo en uno, los ladrones entraron en casas donde habitualmente vive gente.
Su alcalde, Fernando de la Cal, reconoció que el pueblo vivió unas semanas de crispación tras estos sucesos al crear inseguridad entre los vecinos.
En todo caso, recuerda que Aldeamayor ha vivido épocas mucho peores como en los años 2013 y 2014, cuando hubo robos más generalizados y los ladrones entraban en casa en busca de todo tipo de objetos.