La Seca transforma la antigua pista de baile en zona diáfana de eventos
El Ayuntamiento consigna 113.000 euros de remanente en la reconversión del espacio urbano / Licitará las obras a finales de enero y se ejecutarán en tres meses
Pista de baile, que se reformará para conseguir un espacio abierto junto a la iglesia desacralizada de San Francisco.-A.L.S.
La pista de baile de La Seca, un recinto antiguamente cerrado y en la actualidad semitapiado, y sin cubierta, se someterá en los próximos meses a una completa intervención urbanística con el objetivo de transformar este tradicional lugar de encuentro durante los festejos en un espacio diáfano más moderno y que, además, permita la organización de más eventos.
Las obras saldrán a licitación a finales de este mes, o principios de febrero, y tendrán un plazo de ejecución de tres meses por lo que, si no se dilatan las previsiones, este verano los vecinos dispondrán de una nueva zona de recreo y celebraciones, gracias al proyecto impulsado por el Ayuntamiento.
En total, el Consistorio ha consignado 113.175 euros de remanente de tesorería para llevar a cabo la remodelación con fondos propios –justificando que se trata de una actuación financieramente sostenible para poder gastar el superávit–, si bien el montante final previsto se rebaja hasta los 105.440 euros.
Las obras se basan en la demolición de buena parte del tapiado, la reurbanización de la zona –tanto de la pista como de su entorno– y en la reordenación de todo el conjunto para unificarlo visualmente, dotándolo de bancos de descanso, árboles y alumbrado.
El proyecto contempla también la sustitución de un sotechado de uralita, «una especie de templete en forma de picón que había quedado obsoleto», explicó el alcalde de La Seca, Gregorio Bayón, por un nuevo escenario para las actuaciones durante los días de verbena.
Además, gracias a la liberación del espacio, se facilitará el acceso a los camiones de las orquestas y se dispondrá de una zona donde poder organizar más eventos a lo largo del año.
Con todo ello, la idea es conseguir un espacio peatonal, plenamente integrado con el entorno urbanístico y liberado del tráfico rodado, según destacó el arquitecto municipal, Jorge Silva, sobre esta actuación que ocupa una superficie de 1.378 metros cuadrados, junto a un parque infantil y situado entre la iglesia de Nuestra Señora de La Asunción y la de San Francisco.
De hecho, una vez culminen los trabajos, se convertirá en lugar de referencia en esta localidad que supera el millar de vecinos censados –según los últimos datos de población publicados por el Instituto Nacional de Estadística–, no sólo por la remodelación de la pista, sino también gracias al importante proyecto que un viticultor está impulsando precisamente en la iglesia de San Francisco.
Tras la adquisición hace poco más de un lustro del inmueble, ya desacralizado, el bodeguero Javier Sanz está inmerso en la reforma de este templo que se encontraba en estado de ruina para reconvertirlo en centro de referencia de la cultura del vino.