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«La tradición de los vítores a la Virgen va a más»

Más de 2.000 personas celebran en Nava la subida de la Virgen de los Pegotes a la ermita del Pico Zarcero

Vecinos y visitantes acompañan el carruaje que transporta a la Virgen de la Concepción, conducido por las mulas, junto a las tradicionales hogueras.-J.M. LOSTAU

Publicado por
Santiago G. del Campo
Valladolid

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«Los vivas y los vítores a la Virgen son una tradición que va a más». Con estas palabras, Fernando del Pozo se preparaba ayer minutos antes de la procesión.Es el benjamín de una de las familias más conocidas en la localidad por sus ovaciones y alabanzas al paso de la imagen de Nuestra Señora de la Concepción.

Nava del Rey concluyó anoche su célebre novenario con la ‘Subida’ de la Virgen de los Pegotes, fiesta declarada de interés turístico nacional. Más de dos mil vecinos y visitantes acompañaron desde la entrada de la Iglesia de los Santos Juanes el coche de caballos que transporta la efigie. Junto a Nuestra Señora, como es tradición, en el asiento de atrás, el alcalde, el párroco y un descendiente de la familia que, en 1893, cedió el carruaje para la celebración. No es la única peculiaridad de la procesión, ya que a las docenas de hogueras a ambos lados del camino, en las que los niños encienden sus pequeñas antorchas, velas o ‘pegotes’, se unen el uso de mulas para conducir el carro, a las órdenes de muleros que acuden fumando puros.

Y junto a todo, los vecinos que es paran junto a la virgen para lanzarle sonoros vítores y alabanzas.

«Decimos los vivas a la Virgen por tradición familiar, porque a mi padre le hemos visto decirlos desde que nos llevaba en brazos», relató el pequeño de los Del Pozo. Su padre, Luis, muy conocido en el pueblo con el ‘alias’ de Merín, falta desde hace ya 24 años, pero sigue allí, ovacionando a Nuestra Señora por boca de sus tres hijos: Luis, Montse y Fernando. Sus nietos, aún pequeños, van aprendiendo también el ‘oficio’ familiar.

«Te sale instintivamente», explica Fernando. «Yo no lo hago tan bien como mi hermano mayor, que tiene como un don, pero tanto en la bajada como en la subida es algo que te sale del corazón», afirma.«De verdad que es emocionante».

Hay otros muy conocidos por sus vivas a la Virgen, como Alejandro Galán, o ‘Pachano’, que acude desde Zaragoza: «¡Viva la Pura y sin Mancha!»; «¡Viva la Estrella de la Mañana!»; «¡Viva la Rosa de Jericó!», se oye por el camino hacia la ermita. El mérito está en la entonación, en la claridad de la voz y en el número de vivas sin repetirse.

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