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Cuando es más barato pagar que depurar

Hay 148 ayuntamientos que abonan un canon de vertidos por sus aguas residuales / La CHD recauda al año 232.516€

Colector en el río Pisuerga.-ICAL

Publicado por
Laura G. Estrada
Valladolid

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Evacuar las aguas residuales a la red hídrica sin una depuración óptima tiene consecuencias económicas –además de mediambientales– para el ‘bolsillo’ de los ayuntamientos, que están obligados a abonar un canon anual de vertidos a la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) para su control.

En total, el organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica recauda al año 232.516 euros en la provincia de Valladolid, procedentes de municipios que, bien porque no cuentan con estaciones de tratamiento, bien porque el sistema no es adecuado, deben reservar una partida en sus presupuestos en compensación por el perjuicio generado.

Eso sí, de momento es más barato pagar que depurar porque, una vez que las plantas se pongan en marcha, los alcaldes calculan que la ‘factura’ por su mantenimiento puede multiplicarse por más de cinco y no descartan incrementar los tributos a particulares e industrias para hacer frente al gasto extra.

La tasa se cobra actualmente a 148 consistorios, aunque en algunos casos no grava a los municipios en sí, sino que hacen referencia a alguna finca o núcleo separado, como le ocurre a Mayorga con Villalogán; o afecta a las pedanías pero no a los núcleos, como le sucede a Medina del Campo con Rodilana, a Tordesillas con Villamarciel, Villavieja del Cerro y Pedroso de la Abadesa; o a Peñafiel con Aldeayuso, Mélida y Padilla de Duero.

En el extenso listado de enclaves que cuentan con la debida autorización de vertidos por parte del organismo de la cuenca del Duero, y que pagan una tasa en función del volumen y del grado de tratamiento, destacan sobre todo pequeñas localidades con reducido censo pues, del total, 134 núcleos tienen menos de quinientos habitantes y, de ellos, cincuenta no supera los cien residentes. Su población apenas representa el 4% del total provincial.

Sin embargo, en el lado opuesto de la tabla facilitada por la CHD destaca una docena de territorios que superan los mil vecinos y que todavía vierten sin el conveniente tratamiento. Se trata, por orden de población, de Portillo, Nava del Rey, Villalón de Campos, Aldeamayor de San Martín (que depura en las urbanizaciones pero no en el núcleo), Rueda, Villanueva de Duero, La Pedraja de Portillo, Campaspero, Traspinedo, Quintanilla de Onésimo y Villabrágima, a los que se suma el barrio vallisoletano de Puente

DUERO-ESPARRAGAL

En todos estos casos tienen la depuración como asignatura más que pendiente, pues la Unión Europea estableció el año 2015 como límite para filtrar las aguas residuales antes de que llegasen a ríos o arroyos. Los plazos no se han cumplido y, además, habrán de transcurrir varios años más hasta que estén operativas pues, aunque en algunos casos los trabajos están en marcha, en otros el proyecto ni siquiera ha llegado a la fase de licitación.

La justificación a este panorama de ‘deberes sin hacer’, a juzgar por las razones esgrimidas por los ‘incumplidores’ –cuyos ayuntamientos aún pagan el canon de vertidos– responde al retraso de las inversiones comprometidas por administraciones superiores, tanto por la Junta de Castilla y León como por la propia CHD, encargadas de llevar a cabo las costosas plantas de tratamiento, ya que los enclaves no pueden hacer frente a un desembolso de tal magnitud con dinero municipal.

Por tanto, a la espera de que se ejecuten, los alcaldes hacen números y van adelantando previsiones. Portillo, por ejemplo, es el municipio que más paga en la actualidad de la provincia, con un abono anual a la CHD de 17.507 euros por el canon de vertidos y estima que, una vez se construya la EDAR, el desembolso se elevará a los 84.654 euros en concepto de mantenimiento.

También en Rueda calculan que se ‘dispare’ considerablemente el gasto y puedan llegar a los 40.000 euros frente a los 5.600 que pagan ahora, debido al peso de su industria vinícola.

Sin embargo, la conciencia medioambiental prima sobre el incremento de los costes y rechazan, al menos en las grandes localidades, que el mayor desembolso sea excusa para no estar ya filtrando los residuos y prime más la salud financiera de sus arcas municipales que la protección a la naturaleza.

«La pasada legislatura presentamos a la Junta el proyecto de depuración para Foncastín y nos dijeron que había otras prioritarias», justificó Dolores Mayo, entonces alcaldesa de la pedanía y ahora regidora de Rueda. «Ni en época de vacas gordas la Junta apostó por implementarlas», añadió tras incidir que para los ayuntamientos es «inviable» construirlas «sin subvención».

La conciencia por parte de los ayuntamientos sobre la necesidad de depurar las aguas residuales también queda patente en el hecho de que buena parte de los rezagados ya han aprobado los trámites que dependen directamente de ellos.

Villanueva de Duero, como tantos otros, ya tiene comprado el terreno de la futura infraestructura, no sin antes haber tenido que sortear complicaciones ajenas a su voluntad. «Compramos un terrenos para instalar la EDAR porque nos habían dado el visto bueno y cuando vinieron a verlo nos dijeron que no era apto por el nivel freático, así que hemos tenido que comprar otro», explicó el alcalde, Julián Santirso, escéptico sobre el cumplimiento de los plazos, pues les habían comunicado que saldría a licitación este año.

Una vez en marcha, y a falta de saber cuánto tendrán que abonar después por el mantenimiento de la estación, Santirso se aferra a la promesa de la CHD de que será asumible, mientras recuerda cómo hubo pueblos que tuvieron que ‘apagar’ la depuradora porque no podían hacer frente a los gastos derivados de su funcionamiento. De nuevo, les resultaba más barato pagar el canon.

El problema vendrá cuando dicho canon se convierta en multa, se penalicen los vertidos ‘sucios’ y entonces sí, medioambiental y económicamente, sea más rentable depurar.

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