Bodas de plata en el medievo

Narra la historia que en los 46 años que la Reina Juana pasó recluida por su padre y por su hijo en Tordesillas sólo salió dos veces del Palacio Real. Han pasado cinco siglos desde que su locura, que no era tal, residiera en una villa que no olvida su figura, la cual se dejó notar ayer con motivo de las bodas de plata del Mercado Medieval. 

Tordesillas se vistió de época. Desde primera hora de la mañana, la villa despertó en pleno medievo. Los blasones llenaban de color las balconeras próximas a la calle Santa María y a la plaza Mayor. Las cortesanas y los caballeros paseaban junto a los urbanitas que acudieron a la cita con la historia. 

Más de 35.000 personas viajarán en el tiempo entre ayer y hoy para visitar los 150 puestos repartidos por el centro de Tordesillas, donde se respira el aroma medieval. Los niños y las niñas se convertían en aprendices de caballeros con espadas y escudos de madera, mientras que sus padres disfrutaban de la oferta gastronómica que brindaba el municipio o invertían sus euros (los maravedíes quedaron en el olvido) en la artesanía que volvió a reinar en las estrechas calles tordesillanas, en las que se pudieron ver incluso a animales vestidos con traje de época o un blasón de Juego de Tronos recordando en una panadería el honor de los Targaryen. 

Zancudos, acróbatas y músicos (como el Grupo Estarivel, Heraldos de Castilla, Grupo Palenque Medieval y Gaiteiros os Brinqueiros) servían la banda sonora, mientras los más pequeños disfrutaban de un paseo en los carruseles de madera. Cada esquina, cada rincón escondía una sorpresa. Sin embargo, todas las miradas se posaron en la Reina Juana. Desde la iglesia de San Antolín (simulando el Palacio Real en el que estuvo recluida, del que ahora sólo quedan ruinas) partió una comitiva acompañando a la bautizada por la historia como Juana la Loca. 

El vestido rojo portado por MiriamMorais (que ya encarnó a Juana de Castilla en ElDía de la Reina) se paseó por los puestos de un mercado que es historia en sí mismo. Un buen motivo para escapar por un día de las paredes de su cárcel palaciega. La ocasión lo merecía, elMercado Medieval cumplía sus bodas de plata. Cuarto de siglo ha pasado desde que el primer mercado medieval del país empezara a extender sus raíces en Tordesillas. 

La plaza Mayor acogió la inauguración en la que estuvo representado el pasado, el presente y el futuro del mercado. «Cuando empezamos se buscaba algo para Tordesillas que pudiera mover la economía de pequeños comerciantes. Estoy orgullosísimo del resultado», confesó Tomás Rico, primer presidente de la Asociación de Empresario, y pionero en un mercado que «ha ido creciendo. Empezó en la plaza Mayor y se ha ido ramificando por el casco histórico. Además. ha crecido también en número de visitantes y en impacto turístico. Tordesillas es historia y patrimonio», como lo definió el alcalde de la villa, José Antonio González. 

Los detalles y la implicación de los habitantes hacen delMercado Medieval un acontecimiento único. «Se cuida mucho la forma de presentación y la ambientación para que el conjunto de artesanos, visitantes y vecinos para que sea una mezcla uniforme y extraordinaria», aseguró José Luis Sainz, presidente del Centro de Iniciativas Turísticas. 

Las mojigangas, los talleres o los trovadores hicieron que el tiempo volara en una villa que hoy tiene previsto otro viaje en la máquina del tiempo con la jornada de cierre.