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Toros y barcas, en una jornada plácida

Los encierros de los municipios se desarrollaron sin incidencias / El descenso en barca de Cabezón y el encierro nocturno de Peñafiel, los eventos más destacados de la jornada

Un momento del encierro de ayer en Peñafiel.-E.M.

Publicado por
VÍCTOR VALDIVIESO / VALLADOLID
Valladolid

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Jornada plácida en las fiestas de los municipios de la provincia donde los toros estuvieron mansos y los encierros se completaron sin consecuencias ya que no hubo ningún vecino herido en los festejos.

En Peñafiel, el encierro transcurrió con normalidad, a pesar de que se salió un novillo del circuito aunque pronto volvió al recorrido. «El parte de enfermería no ha registrado ninguna incidencia por lo que podemos decir que no hubo ningún incidente», señala el concejal de fiestas, Daniel Sanz. La duración del encierro «no fue más de tres o cuatro minutos» donde los toros pasaron a gran velocidad en un recorrido que tiene «en torno a un kilómetro», declaró. Según el concejal, estuvieron presentes en la plaza del corso «unos 2.000 asistentes». Después hubo una suelta de novillos donde uno se «salto en dos ocasiones» y luego un cortador se «hizo daño en un brazo» pero aclaró que no «fue nada» y que todo se llevó «sin incidentes». A las cinco, el último chúndara y a las seis y media la rejoneo de la mano de Oscar Borjas y Paulo Jorge Santos. A la una de la noche tendrá lugar el encierro nocturno que se «lleva haciendo unos cinco años» y que «viene muchísima gente y encima, así, aprovechan con la noche del viernes al sábado para pasar la noche de fiesta aquí» apuntó el Sanz. Además, el concejal prevé que «a lo mejor doblamos la población de peñafiel, o sea, en torno a 10.000 personas».

En Cabezón de Pisuerga, el día estuvo marcado por el tradicional y famoso descenso en barca por el río Pisuerga que atraviesa el puente. Este año los vecinos del municipio no se animaron a decorar las balsas por lo que el alcalde, Arturo Fernández, explicó que «otros años si que ha habido mucha afluencia de barcas decoradas, este año no ha sido así». «El descenso se ha hecho tranquilamente y sin incidentes», añadió. Según las estimaciones del alcalde, la participación en el descenso fue de siete balsas de las cuales había en total 30 personas. «Supongo que ha habido tan pocas balsas porque este año ha caído en viernes y la gente estaba trabajando», explicó. «Además, este año no hemos dejado bajar a los menores de 18 años para evitar así problemas» por ello el edil explicó que «muchos querían bajar pero sin un adulto no podían bajar por lo que lamentablemente se quedaron en tierra». El descenso duró «una hora y cuarto más o menos» porque los participantes bajan «con tranquilidad» ya que «esto no es una competición, se hace para divertirse» y que está enfocado «para el día de la hermandad». El recorrido tiene una longitud de un kilómetro más o menos. El concurso de paellas debido al «fuerte viento» los vecinos «hicieron las paellas en las peñas y luego no las presentaron» por lo que «no hubo ningún ganador».

En Pollos, los vecinos madrugaron para ver la vaca del aguardiente a las seis y media de la mañana que consistió en «una suelta de vacas en la plaza de toros», explicó el alcalde de la localidad, Javier García. El encierro se desarrolló con normalidad y en el que en «una hora» ya estaban en la plaza de toros.

En Aldeamayor, tuvo lugar una comida de hermandad que había apuntadas «unas 455 personas» de las cuales «pertenecían a 40 peñas», según informaba el alcalde del municipio, Fernando de la Cal. A las 23.55 horas, se soltó al denominado ‘Toro de San Roque’ que explicó que es «el toro más grande que correrá el encierro» y que, además, es «único» en la localidad.

En Tudela de Duero, el tema taurino tuvo jornada de tarde con la trashumancia de bueyes a las seis y el encierro a las siete, los morlacos los soltaron uno a uno, cosa que no es salieron a su hora y no tardaron mucho en llegar. El encierro se saldó sin incidentes. El encierro fue «vibrante y emocionante» declaró el alcalde de Tudela, Luis Javier Gómez, que aunque a un toro le costó hacer el recorrido, el encierro «no hubo ningún problema».

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