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El Arzobispado cede y acometerá las obras para evitar la ruina de la ermita de Trigueros

La institución eclesiástica afrontarán la reforma del templo con una subvención de la Diputación para obras urgentes de seguridad en los templos / El Ayuntamiento había amenazado con un abrir expediente

Ermita de Santa María del Castillo, situada en lo alto de una colina en las inmediaciones del casco urbano.-J.M. LOSTAU

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Laura G. Estrada
Valladolid

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Era una jugada arriesgada, pero el Ayuntamiento de Trigueros del Valle ha ganado la partida al Arzobispado. Después de advertirles de que les abriría un expediente si no llevaban a cabo la consolidación de la ermita de Santa María del Castillo por el «estado de ruina» y el «peligro inminente de desplome de las bóvedas», como ellos mismos habían argumentado para justificar su cierre, la institución eclesiástica ha cedido a la presión y acometerá las obras necesarias para evitar su derrumbe.

Así se lo transmitió el obispo auxiliar de Valladolid, Luis Argüello, a los vecinos de la localidad, en una reunión celebrada recientemente en la iglesia de San Miguel después de haber visitado la ermita para comprobar «en persona» las patologías del templo, explicó el alcalde de Trigueros, Pedro Pérez Espinosa, satisfecho por el «compromiso» adquirido. «Nos dieron su palabra de que aportarían dinero a la actuación y es un primer paso muy importante».

Para financiar dicho acuerdo, el Arzobispado ha optado por recurrir a la convocatoria extraordinaria de subvenciones para la conservación y reparación de iglesias y ermitas del presente ejercicio, prevista este año de manera «excepcional» dentro del convenio rubricado con la Diputación de Valladolid, para acometer obras de «carácter urgente por motivos de seguridad del propio edificio», rezan las bases.

La resolución definitiva del expediente se aprobó ayer en la Comisión de Asistencia y Cooperación a Municipios como ya había avanzado el diputado del área, Alberto Collantes, tras una reunión con el Arzobispado hace dos semanas para evaluar las necesidades más acuciantes de la provincia.

En total, a Trigueros se le ha concedido una subvención de 21.349 euros en concepto de consolidación, incluido el seguimiento arqueológico, de los 26.687 de la inversión global que el Ayuntamiento había estimado necesarios para subsanar las patologías detectadas en este inmueble prerrománico con restos mozárabes del siglo X, aunque modificado en el siglo XVIII, y que aparecen detalladas en el informe elaborado por un arquitecto el pasado mes de marzo «con el fin de recuperar las condiciones de seguridad que posibiliten su reapertura al culto de nuevo».

Dicho informe es el que presentaron ante el Arzobispado para que conocieran de forma pormenorizada los problemas del edificio en aras de atajarlos, si no querían que les abrieran un expediente de ruina, lo que hubiera obligado al Ayuntamiento a afrontar las obras de manera subsidiaria para luego reclamar la cuantía a la institución eclesiástica.

Aunque Pérez Espinosa reconoció que el órdago lanzado no sentó bien al Arzobispado, lo cierto es que ha surtido efecto y, después de ocho años cerrado, confía en que este mismo año pueda iniciarse la consolidación del edificio encaramado a lo alto de una colina, que entraña peligro de desprendimiento sobre las viviendas por encontrarse en las inmediaciones del casco urbano. Hasta ahora no lo habían conseguido porque las solicitudes de ‘auxilio’ eran rechazadas al no tratarse de un templo de culto permanente.

Ahora, con la ayuda recién aprobada a la que recurrió el Arzobispado para consolidar la ermita de Santa María del Castillo, el Ayuntamiento deberá aportar casi 6.000 euros. Una cuantía que están dispuestos a reservar también en próximos ejercicios para continuar la restauración, explicó el alcalde, pues además de esta intervención inicial, serán necesarias nuevas partidas para labores de limpieza integral, pintado o sustitución de cristales.

En total, el presupuesto del plan excepcional de conservación y reparación de iglesias y ermitas para este año asciende a 126.260 euros, de los cuales el Arzobispado aporta el 43% y la Diputación el 57% restante para sufragar, como máximo, el 80% de las obras, por lo que los ayuntamientos se hacen cargo del 20% restante.

Dentro de las diez actuaciones aprobadas ayer en la Comisión de Asistencia y Cooperación a Municipios para su visto bueno en el pleno de la Diputación que se celebre mañana, además de la inversión en Trigueros del Valle, destacan las reparaciones en la cubierta de la iglesia de San Boal de Pozaldez y la prevista en la iglesia de San Vicente Mártir de Valdenebro de los Valles para la rehabilitación de la cubierta de la torre, por ser las mayores cuantías, con 30.000 euros y 28.833, respectivamente.

Grietas, humedad y deformidades

El estudio encargado por el Ayuntamiento de Trigueros para conocer el estado de la ermita reveló la necesidad de «corregir el desplome actual» y de evitar «la progresión de los desplazamientos», para que no siguiese acentuándose la «degradación».

En concreto, el informe señala las deformidades exteriores en varios paños o el deterioro en el alero del alzado norte, lo que constituye una vía de entrada de humedad con riesgo de afectar a elementos estructurales. En el interior, destacan las deformaciones en la entreplanta del coro, hasta haberse desprendido la balaustrada de madera y observan varias grietas en las aristas de los arcos, una de ellas longitudinal de mayor dimensión. 

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