Diario de Valladolid

Elogio a la rebelión simanquina

Clemente critica la excarcelación de La Manada y equipara a las 7 doncellas que se cortaron la mano para no ser una «moneda de cambio» con la actual lucha de las mujeres

Silvia Clemente con el alcalde de Simancas Alberto Plaza y las siete doncellas anoche en Simancas (Valladolid).-E.M.

Silvia Clemente con el alcalde de Simancas Alberto Plaza y las siete doncellas anoche en Simancas (Valladolid).-E.M.

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Alba Camazón

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El cuerpo de las mujeres ha sido históricamente moneda de cambio, en esta y muchas otras culturas. Pero en un momento como este, con los movimientos feministas que han surgido desde todos los estratos económicos y sociales, en Simancas (Valladolid) homenajean de nuevo a las siete doncellas, hijas del Rey Ramiro I, que iban a ser entregadas al emir Abderraman II como tributo.

«Decidieron rebelarse contra esa imposición y prefirieron amputarse una mano antes que convertirse en moneda de cambio y vivir como esclavas», recordó la presidenta de las Cortes de Castilla y León, Silvia Clemente, que interpretó a la magistrada de la recreación histórica de la Jura del Rey Ramiro I.

La presidenta de las Cortes valoró que los simanquinos hayan sabido «guardar y revivir la tradición de un antiguo y arraigado reconocimiento social a la mujer» y destacó las dificultades y abusos a los que se sometía a las mujeres en la Edad Media, en los que la mujer era «relegada y silenciada».

Pero ese silencio fue sustituido por voces femeninas «dueñas de su destino» como María de Molina, Isabel la Católica, Teresa de Jesús, maría Pacheco y «muchas otras mujeres anónimas» que con sus actos contribuyeron «a cambiar la percepción del mundo». «La rebelión de las simanquinas representa un símbolo y un valioso legado en la defensa de la igualdad y el reconocimiento de los derechos de las mujeres», aseveró Clemente

«GRITO DE LIBERTAD»

La representante política recordó ese «grito de libertad y no sometimiento que volvemos a escuchar» el ocho de marzo o después de la sentencia y puesta en libertad provisional de los miembros de La Manada. «Cuando una mujer no acepta una relación sexual, cuando no consiente es suficiente. No hay que explicar la negativa. No se puede exigir más», sentenció Clemente, quien aseguró que desde «el sentido común», la puesta en libertad de los cinco condenados por abuso sexual «no se puede entender».

El rey Ramiro I tuvo que jurar que no volvería a participar en este abuso nunca más, y granito a granito, las mujeres fueron arañando al sistema derechos y obligaciones, en igualdad de condiciones que los hombres.

Clemente puso en valor la presencia «progresiva» de mujeres en ámbitos como la política. «Las mujeres aportamos el talento y la determinación necesaria a la hora de afrontar los problemas», concluyó en un evento dedicado al ‘no’ de las mujeres. ‘No’ al abuso. ‘No’ a ser moneda de cambio. Porque ‘no’ es ‘no’.

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