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La Feria de Artesanía seduce y ‘atrapa’ a 6.000 visitantes

El benaventano Raúl González gana el concurso de pieza única con su ‘atril representativo’ de metal forjado / Los expositores muestran y enseñan sus técnicas

Pablo Hernández muestra sus técnicas a unos curiosos visitantes a la Feria de Artesanía de Medina del Campo.-J.M. LOSTAU

Publicado por
Alba Camazón

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Abanicos, sujetalibros de madera, vasijas, colgantes y pendientes... La XXVII Feria de la Artesanía de Medina del Campo, clausurada ayer al mediodía, contó con 22 expositores de Valencia, Orense, Madrid, Valladolid, Palencia, Zamora, Salamanca, Segovia, León e incluso desde la propia Medina del Campo.

Según estimaciones del Ayuntamiento medinense, unas seis mil personas se acercaron este fin de semana a una ciudad cuyo mercado fue considerado ‘Ferias Generales del Reino’ por los Reyes Católicos en el siglo XV, uno de los siglos con más actividad económica de la localidad vallisoletana.

Este año la feria, además de los expositores habituales y sus talleres participativos y demostrativos, ha podido contar también con artesanos de jabones y con la Asociación de Tejedoras de Medina. Caridad Blanco, de la asociación medinense, explica a este diario: «El objetivo era darnos a conocer y tener más socios, compartir lo que sabemos».

Esta no solo era la primera vez que estaban en la feria, también impartían clases a niños pequeños. La idea era enseñarles a tejer con los dedos, aunque algunas niñas preferían hacerse unas pulseras, lo que requiere de una técnica un poco más complicada. «A veces es mejor que aprendan algo más difícil pero que les atraiga más», explica Blanco.

Ella espera que el año que viene más gente se atreva a practicar, porque explica que hay mucha gente que se acerca a su expositor, pero que todavía relaciona tejer «a las abuelitas» y cree que es una actividad «aburrida y sosa». Por eso la asociación pretende que se vea como algo «interesante, agradable y relajante» que ayuda «olvidarse de los problemas».

La palabra ‘artesanía’ deriva de las palabras latinas «artis-manus» que significa ‘arte con las manos’. Un arte que comenzó hace siglos y que todavía perdura, aunque con dificultad en algunas ocasiones. Es un arte que, en muchas ocasiones, se convierte en un negocio familiar, en un legado que pasa de padres a hijos, como las llaves que todavía conservan en casa algunos descendientes de los sefardíes expulsados en el siglo XV, en tiempos de los Isabel de Castilla y Fernando de Aragón.

La familia de Pablo Hernández es una de esas familias con un legado artesanal. Él no puede ni recordar ante este diario desde qué año llevan dedicándose a la alfarería, un negocio heredado de generación en generación, y cuyo origen es ahora difuso. Él ha venido desde Cespedosa de Tormes (Salamanca) para presentar los productos nuevos, porque la venta suele ser «muy flojita» debido a que la feria es «muy corta», apenas un día y medio.

De los 22 expositores que han participado en la feria, 13 se han atrevido a sumarse a la ‘Exposición del Concurso de Pieza Única’ medinense. Raúl González Marrón, profesional de una forja artesanal benaventana , se alzó con el premio, valorado en 600 euros, gracias a su ‘atril representativo’, explica el concejal de Festejos, Turismo y Ferias de Medina del Campo, José María Magro. A partir de este momento, el atril «forma parte del patrimonio de la oficina de turismo» y probablemente, mantiene el edil, sea utilizara para actos oficiales.

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