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Trigueros abrirá al Arzobispado un expediente de ruinas por la ermita

El Ayuntamiento reclama su consolidación por el «peligro» de desprendimiento al casco urbano debido a la «degradación constante» / Lleva 8 años cerrada al culto

Ermita de Santa María del Castillo, vista desde el casco urbano de Trigueros del Valle.-J.M. LOSTAU

Publicado por
Laura G. Estrada
Valladolid

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Ya no hay más oportunidades para que el Arzobispado de Valladolid frene la «degradación constante» que sufre desde hace aproximadamente «ocho años» la ermita de Santa María del Castillo de Trigueros del Valle y que «pone en peligro» a los habitantes de la localidad por situarse en lo alto de una colina junto al casco urbano, según justifica el Ayuntamiento en un documento rubricado el pasado jueves y presentado al día siguiente ante el área de urbanismo de la institución eclesiástica.

Dicho escrito se ha convertido en el órdago lanzado por el Consistorio para que el Arzobispado, como propietario del inmueble, lleve a cabo las obras de consolidación después de varias reuniones sin resultado de actuación y, si en un plazo de un mes no se comprometen a realizarlas, abrirán un expediente de ruinas, avanzó el alcalde, Pedro Pérez Espinosa, cansado de que les «toreen» cuando «su deber es mantener el edificio en buen estado».

«Llevamos años insistiendo y lo único que hemos conseguimos es que en 2014 cerraran la ermita al culto de manera oficial, aunque ya llevaba otros tantos años sin que se pudiera entrar», añadió el regidor haciendo referencia a un escrito procedente de la delegación de patrimonio del Arzobispado, donde anunciaban el cierre «temporal» después de una visita al templo en la que habían comprobado «el estado de ruina» y el «peligro inminente de desplome de las bóvedas».

Desde entonces, añadía la institución eclesiástica en una carta dirigida al párroco de Trigueros fechada el 7 de marzo de hace cuatro años, «está prohibida» la entrada a la ermita «a toda persona no autorizada hasta que se comience una intervención en profundidad», dice de forma textual.

Sin embargo, en todo este tiempo no se ha dado un solo paso en la reforma de esta ermita prerrománica con restos mozárabes del siglo X, aunque modificada en el siglo XVIII, lo que ha llevado al alcalde a encargar la redacción de una memoria sobre el estado del inmueble donde se incluyen las actuaciones necesarias «para su consolidación estructural, con el fin de recuperar las condiciones de seguridad que posibiliten su reapertura al culto de nuevo», remarcan en el epígrafe de los objetivos.

El pormenorizado estudio detalla las patologías detectadas, entre las que destacan deformidades exteriores en varios paños o el deterioro en el alero del alzado norte, lo que constituye una vía de entrada de humedad con riesgo de afectar a elementos estructurales, y también en el interior, con deformaciones en la entreplanta del coro, hasta haberse desprendido la balaustrada de madera, y varias grietas en las aristas de los arcos, una de ellas longitudinal de mayor dimensión.

Por todo ello, en aras de consolidar los muros, «corregir el desplome actual» y evitar «la progresión de los desplazamientos» que acentúen la degradación con el paso del tiempo, el arquitecto que ha elaborado la memoria a petición del Ayuntamiento ha estipulado una inversión de 32.153 euros.

«Es una estimación ajustada al máximo para cubrir los daños estructurales, ni siquiera los estéticos», valoró Pérez Espinosa con la esperanza de que el Arzobispado se haga cargo al no tratarse de una cuantía elevada. «La tenían que haber hecho ellos pero se ha tenido que hacer cargo el Ayuntamiento para que tengan constancia por escrito del riesgo de desprendimientos y el peligro que supone para los vecinos»

Si a finales del mes de abril, después de un plazo de tiempo que consideran «razonable», no han obtenido la respuesta esperada, el Ayuntamiento de Trigueros del Valle abrirá un expediente de ruinas en la ermita y se hará cargo de la actuación de manera subsidiaria, es decir, llevará a cabo los trabajos y después reclamará el importe a la institución eclesiástica. «Mi deber como alcalde es el de vigilancia y éste es un edificio con peligro de caerse encima de las casas», insistió el regidor.

La alternativa de recurrir al expediente de ruinas llega después de varias reuniones con el Arzobispado, recordó Pérez Espinosa, y de haber planteado, incluso, un convenio de cesión temporal para que el Ayuntamiento se hiciera cargo del inmueble por un periodo de tiempo a fin de ir acondicionándolo por etapas, pero descartaron la propuesta justificando que habían tenido «malas experiencias», expuso el alcalde rememorando las palabras del obispo auxiliar de Valladolid, Luis Argüello, en un encuentro en el que también estuvieron presentes el párroco y miembros de la junta parroquial, añadió.

Al hecho de no tratarse de una sede de culto permanente, se suma la «incierta garantía de corrección de las patologías existentes» que la Diputación esgrimió como pretexto para desestimar la solicitud planteada por el Ayuntamiento cuando, el año pasado, pidió acogerse al plan de arreglo de iglesias y ermitas con una actuación centrada en la conservación y reparación de los muros.

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