Tordesillas vuelve a 1509 para recibir a Juana
El Centro de Interés Turístico recrea por decimocuarto año a la entrada de la Reina Juana I en la Ciudad del Tratado / Miles de personas acogen a la soberana castellana y a Catalina de Austria
La Reina Juana I de Castilla llega a Tordesillas a lomos de un caballo, seguida de su cortejo real.-ALBERTO PONCELA / CIT TORDESILLAS
Tordesillas ha explotado su casco histórico para recrear, durante un par de horas, un hito que supuso un antes y un después en su historia. Cuando en marzo de 1509 la Reina Juana I de Castilla volvía a Granada con su hija pequeña, Catalina, la corte y el cuerpo de su marido, Felipe ‘El Hermoso’ , fallecido en Burgos años atrás, Tordesillas apenas tenía 600 habitantes.
El encierro de la soberana castellana llamada de forma injusta ‘La Loca’ atrajo multitud de personas a Tordesillas que acompañaron a la Reina Juana hasta que falleció, también en Tordesillas, 46 años después de que comenzara su ‘condena’, enclaustrada y aislada de su familia, sobre todo después de que, por orden real, ‘raptaran’ a su hija Catalina de once años durante tres días y su partida definitiva en 1525 para casarla con el rey Juan III de Portugal.
La Reina Juana falleció a los 76 años, apartada de la política, la corte y su familia, tachada de ‘loca’ e incomprendida por su infelicidad y depresión.
En su afán de que la Reina Juana sea reconocida y honrada, el Centro de IniciativasTurísticas (CIT) de Tordesillas recreó, por decimocuarto año consecutivo, la entrada de la legítima soberana de Castilla a la localidad tordesillana. La actuación se celebra tradicionalmente el primer sábado de marzo, pero las lluvias y el mal tiempo obligaron al CIT a posponer la representación dos semanas.
Rodeada de los trescientos participantes y miles de vecinos y turistas, Miriam Moráis, que hizo el papel de Reina Juana, entró en la ciudad del Tratado acompañada por sus damas de compañía, personal de palacio, su padre Fernando el Católico y su guardia y el cuerpo de Felipe el Hermoso, custodiado por numerosos monjes, que alumbran con sus antorchas la prácticamente negra noche que acompaña a Tordesillas en una noche como esta.
Así comienza la representación de la entrada de Juana I y su corte a la localidad. A caballo y acompañada de su pequeña Catalina, interpretado por Ángela García Rodríguez, de cuatro años, y alumna del colegio Pedro I de Tordesillas.
Juntas se dirigen a su futuro encierro con la cabeza alta, llena de tristeza y un orgullo herido que no se debe mostrar, en una marcha fúnebre que atraviesa la Puerta de la Villa, la Plaza Mayor, la Puerta de Foraño. Después de que el capitán de los Monteros, Hernando de Tovar, ordenara abrir las puertas para dar paso a la comitiva, que entra en la ciudad amurallada.
De vuelta en la Plaza Mayor, el padre de Juana, Fernando el Católico, trata de convencer a su hija de que se quede en Tordesillas hasta que la soberana castellana asiente y entra en el Palacio Alto, junto a su séquito, en un encierro físico y psicológico que duró hasta el mismísimo día de su muerte, acompañada de desolación y tristeza profunda.
Miriam Morais ha tenido que esperar bastantes años para poder ser durante unas horas la Reina Juana de Castilla, puesto que solo se pueden presentar aquellas tordesillanas que tengan 29 años, la misma edad a la que la soberana fue encerrada en Tordesillas. Además, la candidata debe montar a caballo y escribir un texto sobre un aspecto distintivo de la monarca.
Se cierra así una etapa de Juana I para abrirse otra, la de su cautiverio y depresión. Aunque haya pasado a la historia como ‘La Loca’, en Tordesillas siempre se la recordará como ‘La Reina Juana’, hija de Reyes, Reina de Castilla y de España, y madre de seis reyes.