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Impulso al autoreciclaje en 16 pueblos

La Diputación inicia un proyecto de compostaje doméstico para que las familias conviertan los restos orgánicos en abono para jardines / Los elegidos tienen más de mil censados y suman 48.000 vecinos

Una niña observa el cubo de compostaje de un colegio de Madrid.-A. HEREDIA

Publicado por
Laura G. Estrada
Valladolid

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Las sobras de una ensalada, la piel de la fruta, los deshechos de las verduras o las cáscaras de frutos secos no son simple basura, sino que se pueden aprovechar como abono natural en el ámbito doméstico. Con el objetivo de reutilizar los restos orgánicos de origen vegetal, incluidas las ramas de un árbol o el césped podado, la Diputación de Valladolid acaba de iniciado una experiencia, «nunca antes desarrollada en la provincia», para favorecer que los vecinos de 16 localidades puedan aprovechar los residuos de casa como fertilizante para el jardín o el huerto, instalando una máquina de reciclaje.

Se trata de una compostadora con capacidad para 300 litros, de tamaño similar al de una lavadora, donde arrojar la basura orgánica para que se descomponga gracias a la acción de bacterias, hongos y pequeños organismos, como lombrices, imitando los procesos de la naturaleza, pero a través de un proceso acelerado, pues en buenas condiciones de calor y humedad, se puede obtener compost en apenas dos o tres meses.

Este recipiente ‘mágico’, sin motor ni otros mecanismos, cuenta con una tapa superior por donde se introducen los residuos vegetales, una hélice para moverlos cada cierto tiempo y favorecer así el degradado, y una trampilla inferior por donde se extrae el compost. Acciones sencillas que la empresa adjudicataria se encargará de explicar a cada vecino que se sume a la iniciativa, y que acompañará con un servicio telefónico de asesoramiento continuado y una visita presencial a los dos meses.

Como primer paso para avanzar en este método de reciclaje, el área de Medio Ambiente de la Diputación ofertará a los primeros municipios seleccionados la posibilidad de participar de manera gratuita, para que promocionen la iniciativa entre aquellos vecinos que dispongan de una zona ajardinada con más de 50 metros cuadrados, puesto que son quienes podrán aprovechar los restos orgánicos como abono dentro de su propio domicilio y cerrar así el ciclo.

En la primera zona, elegida por población y por contar con un número significativo de viviendas adosadas o unifamiliares, se incluyen Aldeamayor de San Martín, Íscar, Mojados, Olmedo, La Pedraja de Portillo, Pedrajas de San Esteban y Portillo. La segunda abarca Boecillo, Matapozuelos, Rueda, La Seca, Serrada, Tordesillas, Valdestillas, Viana de Cega y Villanueva de Duero.

Todos ellos superan los mil vecinos censados y, en conjunto, prácticamente suman 48.000 habitantes, aunque aún es pronto para determinar el número de familias que se beneficiarán de esta propuesta, que la Diputación de Valladolid acaba de sacar a licitación por 25.000 euros. Eso sí, el mínimo exigido en el pliego es instalar compostadoras en 168 casas, si bien confían en elevar la cifra.

Una vez culmine esta primera experiencia, prevista a lo largo de un año, confían en extenderlo a otras zonas de la provincia, y ya han seleccionado las dos próximas áreas de actuación. La primera incluye Simancas, Zaratán, Fuensaldaña, Villanubla, Cigales y Arroyo de la Encomienda y, la segunda, Renedo, La Cistérniga, Tudela de Duero, Traspinedo, Cabezón de Pisuerga y Santovenia de Pisuerga, avanzó el servicio de Medio Ambiente.

«Por el momento hemos señalado las zonas donde mejor pueden funcionar este tipo de iniciativas que todavía no están extendidas, creemos que por desconocimiento de la población, pero en función de los resultados estudiaremos una ampliación a enclaves más rurales», explicó el diputado del área, Alberto Magdaleno, antes de hacer hincapié en que se trata de una medida «efectiva y sostenible» para acabar poco a poco con el hábito de no seleccionar la basura y tirar todo al mismo contenedor.

Y no sólo eso, también persigue reducir las toneladas de deshechos sin tratar que llegan a los vertederos. Según el proyecto de valorización de residuos orgánicos y vegetales elaborado por el Ayuntamiento de Traspinedo, la basura diaria que se genera contiene un 40% de materia orgánica, que puede ser reciclada y devuelta a la tierra en forma de compost para las plantas y cultivos, contribuyendo con ello a la reducción de los desechos.

El programa piloto de compostaje doméstico fue aprobado por la institución provincial a finales del pasado mandato –marzo de 2015– a instancias de una proposición que Izquierda Unida llevó a pleno inspirándose en el sistema promovido por el Ayuntamiento de Traspinedo –por el que se alzaron con el Premio de Ecología el año anterior– y que el Partido Popular también recogió en su programa electoral en aras de favorecer la gestión sostenible de los residuos.

La iniciativa se suma al sistema de recogida específica de restos de poda que comenzó a principios de este año en la provincia, para facilitar que los ayuntamientos tuvieran un depósito donde arrojar este tipo de residuos, como ya existía para escombros, enseres o placas de amianto.

A lo largo de estos primeros meses de funcionamiento, se han retirado 330 contenedores, según datos facilitados por el área de Medio Ambiente de la Diputación. En total, 428 toneladas de hojas, ramas o césped cuyo destino ya no ha sido el vertedero.

La cifra corresponde a los 32 municipios que en estos nueve primeros meses de funcionamiento han recurrido a este servicio para la retirada de restos de poda, aunque la mitad de los pueblos están adheridos y aún no lo han hecho uso de él, ya que la retirada se hace a demanda, en función de sus necesidades. La ordenanza que regula el tratamiento de los residuos establece un precio de 10,09 euros por cada metro cúbico de caja de contenedor.

TRASPINEDO SUMA 58 FAMILIAS AL PROYECTO EN 3 AÑOS DE FUNCIONAMIENTO

La localidad de Traspinedo se convirtió en la primera de la provincia en impulsar el compostaje doméstico en 2014 y, después de tres años, hay 58 familias que tienen en sus viviendas estos sistemas para transformar los residuos orgánicos en abono natural.

Del total de vecinos que se beneficiaron de la subvención del Ayuntamiento para favorecer la instalación de compostadoras –cuyo precio oscila entre los 50 y los 70 euros–, 38 residen dentro del casco urbano y los 20 restantes en viviendas unifamiliares situadas a las afueras.

La mayoría de quienes se han adherido a la iniciativa han conseguido generar compost a partir de los residuos orgánicos y, según un estudio realizado por el ingeniero técnico agrícola encargado del seguimiento, Roberto Núñez García, sólo nueve usuarios no lograron el objetivo por estar el material demasiado seco.

Y es que la principal complejidad, explicó el experto, es conseguir el correcto grado de humedad, mezclando en proporción la materia más acuosa, como los restos de fruta, con residuos secos, como serrín u hojas, de las que se puede hacer acopio en otoño. «Hay que notar la humedad en la mano, sin que escurra agua», apuntó como ‘truco’.

Además, el compostador debe estar en contacto con la tierra «para atraer a los microorganismos» y estar expuesto al sol. «Al principio se calienta y puede coger hasta 65 grados, pero luego baja y se pueden ir volteando los residuos en función de la cantidad que se genere en cada hogar», añadió Núñez.

El proceso está «más parado» durante los meses de invierno y se acelera entre marzo y octubre, hasta conseguir «poco a poco», el sustrato.

El proyecto de compostaje doméstico se acompaña, además, con el aprovechamiento de los restos de poda a nivel municipal para abonar las zonas ajardinadas.

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