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Villanueva vuelve la vista a los oficios de hace un siglo

Un pregón del escritor y etnógrafo Modesto Martín dará el pistoletazo a la XI feria temática de la localidad, con decenas de talleres tradicionales

El público contempla el esquileo de una oveja en una anterior edición de la Feria de los Oficios.-PHOTOGENIC

Publicado por
Santiago G. del Campo
Valladolid

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El próximo fin de semana las calles de Villanueva de Duero se llenarán de animación. La localidad acoge la undécima edición de su ya tradicional ‘Feria de los Oficios Aldeanueva’, que instalará en el centro urbano decenas de talleres de ocupaciones que eran muy corrientes a principios del siglo XX, pero que, en su mayoría, han desaparecido.

El apellido de ‘Aldeanueva’ que le han puesto al nombre de la feria se debe a la denominación antigua de la localidad, que cambió a Villanueva de Duero en 1630.

No se remontará tantos siglos en la historia la localidad el próximo sábado y domingo, 14 y 15 de octubre. Volverá a los albores del siglo XX, cien años atrás, hasta 1917. Los organizadores quieren revivir «los olores, sensaciones, oficios, vivencias del día a día de sus gentes», según explicaron ayer durante la presentación de la actividad en la sede de la Diputación provincial.

Niños jugando por las calles a la rayuela o a los aros, la herradura o la calva, serán algunas de las escenas a las que podrán asistir los visitantes, que verán también a los mayores afanados en sacar adelante las más variadas labores.

Todo dará comienzo a las 12 de la mañana, cuando el alguacil del pueblo, trompetilla en mano, dará la palabra al alcalde, Julián Santirso. Éste se la pasará a su vez al pregonero de la Feria, el escritor y etnógrafo Modesto Martín Cebrián.

Estará presente en la feria, como no podía ser de otra manera, la labor de los agricultores, mediante un campo de trilla instalado al lado de la Iglesia, con demostraciones de siega y trilla tradicional en distintos momentos del día. Tampoco faltarán el adobero, el carpintero, el herrero, el hojalatero, el cantero, el lampista, el sillero, el esquilador, el relojero, el pintor, el lagarero... y así una lista de más de cuarenta oficios de principios del siglo XX.

«Se podrá volver a sentir el calor del fuego mientras se calienta la comida encima de las trébedes y los morillos», explicaron ayer los organizadores en el vallisoletano Palacio de Pimentel. «O también el olor a las castañas, mientras se asan, y el del pan por toda la plaza horneado en su horno de adobes». Y es que los visitantes podrán comprar, a un módico precio, todas esas labores que realizan en el momento las castañeras, o las reposteras que realizan hojuelas, periquitos , almendras y dulces de temporada, «todo hecho con productos naturales». Se podrá degustar queso recién prensado y requesón.

También habrá tiempo para la diversión después del «arduo día de trabajo», con las vendimiadoras cantando en su carro, las «coplas de pastor»... Los lagareros recordarán a los visitantes sus canciones de cantina, y podrán ver y escuchar una cencerrada. Para acabar el sábado habrá baile en la plaza, al son del tocadiscos.

Los días previos habrá oportunidad de escuchar a narradores de historias, acompañados por las rabeladas, mientras se van haciendo las migas de pastor. El viernes habrá una conferencia sobre el pastor y la trashumancia, y exposición sobre ese oficio tan propio de la tierra.

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