El Patronato aún espera una sentencia favorable
Los aficionados al ‘inmemorial Torneo’ deploran la prohibición de dar muerte al astado y siguen una lucha judicial aún inconclusa
Jóvenes peñistas se apostan sobre los monolitos del recorrido del encierro.-J.M. LOSTAU
«Es una cosa descafeinada, como si al vino le quitaras el alcohol» se lamentaba ayer un miembro del Patronato del Toro de la Vega, en respuesta a este periódico, en relación al transcurso del festejo. Los aficionados al Torneo de siempre, el secular, el ‘inmemorial’, rechazan esta forma de celebración, que suelta un toro por las calles sin la finalidad de siempre. Una fiesta, en fin, «que ya no tiene alma, por muy espectacular que sea el morlaco».
El presidente del Patronato, Gerardo Abril, manifestó una opinión parecida minutos antes de celebrarse una reunión de la entidad. «Estamos a la espera de la sentencia del juicio que se celebró el pasado 8 de marzo», afirmó. «Esperamos que el juez no falle en contra de las libertades que reconoce la Constitución española».
Y es que, aunque el Tribunal Constitucional no admitió a trámite, el pasado mes de diciembre, un recurso del Ayuntamiento contra la prohibición, justificó esa inadmisión en la forma del recurso (presentado como un conflicto de competencias entre el Ayuntamiento y la Junta), no en el fondo de la cuestión planteada.
Así, el Patronato ha iniciado un proceso a través de la jurisdicción ordinaria. Un camino que promete prolongarse en el tiempo.
Cientos de vecinos apoyaron esa reivindicación participando en la manifestación que tuvo lugar antes del festejo, y que transcurrió a lo largo del puente medieval sobre el río Duero. La comitiva se situó tras una pancarta que rezaba: «Tordesillas no se rinde».
El historiador y cronista de la villa, Jesús López Garañeda, proclamó a los cuatro vientos la misma reivindicación, con su manifiesto leído por megafonía minutos antes de iniciarse el festejo: «El Toro de la Vega, el Toro de Tordesillas, es el pilar histórico de la antigua tauromaquia. Un rito increíble, grandioso, en estos tiempos en que los ‘exhibicionistas de la bondad’ lo han politizado con mentiras y manipulaciones interesadas», dijo. «El único de su clase que se conserva en España».
Garañeda lamentó «esa medida legal y política de aprobación y convalidación de un decreto nacido para dar fin a las algaradas violentas y escraches mercenarios que año tras año se han fijado obsesivamente en Tordesillas», y cuyo objetivo es «acabar con la tauromaquia en todas sus manifestaciones».