El papeleo, devorado por un clic

La carta, el bolígrafo y el sello hace tiempo que corren el riesgo de convertirse en especies en peligro de extinción, no sólo en lo que se refiere a la correspondencia entre particulares, con el e-mail o las redes sociales como principales alternativas a los mensajes de puño y letra, sino también en el ámbito de las comunicaciones oficiales. Solicitar una ayuda institucional, concurrir a una subvención o pedir una beca están al alcance de un ‘clic’.

Al menos así ocurre en parte del territorio de la provincia vallisoletana, donde las distancias físicas se han ido difuminado gracias a la denominada Oficina de Registro Virtual, ORVE, una plataforma impulsada a nivel estatal que permite a los ciudadanos, y también a las entidades locales, realizar el ‘papeleo’ sin papeles desde sus propios ayuntamientos. Todo digital y viajando a través del cableado hasta un almacén de archivos también intangible, situado en ‘la nube’.

Las comunicaciones instantáneas, sin embargo, aún tienen un largo camino pendiente para dar cobertura a toda la población, es decir, para facilitar que cualquier vecino, residente en cualquier municipio, por pequeño que sea, tenga acceso a una oficina donde pueda realizar trámites con la administración local, provincial, autonómica o central, vía telemática.

De hecho, en Valladolid únicamente 36 de los 224 municipios (además de la capital) están adheridos al proyecto de gestión virtual de registros impulsado por el Gobierno con el objetivo de agilizar los trámites entre ciudadanos, asociaciones o empresas con las administraciones públicas, y también entre las propias administraciones.

En términos relativos supone que sólo el 16% de los pueblos de la provincia facilitan a sus vecinos los procedimientos on-line, aunque, a nivel de población, esos 36 inscritos engloban a más de 129.000 habitantes, lo que supone que el 58% de los residentes en el mundo rural están conectados y pueden acceder al Sistema de Interconexión de Registros (SIR).

Laguna de Duero, Medina del Campo y Arroyo de la Encomienda, los tres más poblados de la provincia, acaparan la mitad de la población beneficiaria, y Tudela de Duero, Íscar, La Cistérniga, Peñafiel, Simancas y Cigales –todos ellos superan la barrera de los 5.000– rozan en conjunto los 40.000 vecinos, y representan otro 30%.

Pero no sólo los núcleos más poblados, con mayores recursos para la prestación de servicios, a nivel económico y humano, han apostado ya por el registro virtual para facilitar los trámites a sus vecinos y evitarles así desplazamientos. Villafrades, ya adherido aunque pendiente de poner en marcha el programa a nivel técnico, es el ejemplo más pequeño de Valladolid, pues sólo cuenta con 67 personas censadas.

Su alcalde, Alfonso Gordaliza, tiene claro que es un servicio beneficioso para los vecinos, aunque en su caso sólo se prestará tres días a la semana durante una hora, en la franja que acude una secretaria que comparten con otros tres pueblos. «Será un trabajo extra, pero creemos que será asumible porque no prevemos mucho volumen», explicó.

En la cercana localidad de Bustillo, a apenas doce kilómetros de distancia, el sistema ya funciona y su alcalde, Teodoro Barrientos, confirmó que los residentes en otros enclaves, como Fontihoyuelo o Villacarralón, vienen a tramitar los escritos dirigidos a las administraciones públicas.

Sólo tienen que acudir con el documento que deseen presentar y allí se lo escanean para enviarlo de forma telemática al organismo al que desean dirigirse. El solicitante recibe un justificante con una URL y un código de verificación segura donde se especifica también un número de registro y a quién ha dirigido el documento, para que pueda consultar después en qué estado se encuentra la tramitación. En ocasiones incluso recibe un aviso, vía SMS o correo electrónico, explicaron fuentes de la Junta de Castilla y León.

Los trámites más habituales de los ciudadanos se dirigen a la Gerencia de Servicios Sociales y a la Dirección Provincial de Educación, según detallaron varios ayuntamientos consultados, sobre todo para pedir subvenciones, solicitar la ayuda a la Dependencia, participar en programas como Conciliamos o concurrir a una oposición.

Este sistema se irá extendiendo de forma progresiva para dar cumplimiento a la ley que fija el 1 de octubre de 2018 como fecha límite para que las administraciones estén plenamente conectadas. Entonces, el soporte en papel será ‘devorado’ definitivamente por el electrónico.