Diario de Valladolid

«Unos golpes en la espalda y el bebé volvió a la vida»

Dos guardias civiles del puesto de Olmedo salvan a la pequeña Cayetana, de sólo 40 días / Se asfixiaba por una obstrucción en las vías respiratorias

Carlos Manuel Pérez y Luis Paniagua ayer, junto al vehículo en el que realizan sus patrullas en Olmedo.-J.M.LOSTAU

Carlos Manuel Pérez y Luis Paniagua ayer, junto al vehículo en el que realizan sus patrullas en Olmedo.-J.M.LOSTAU

Publicado por
Santiago G. del Campo
Valladolid

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Puede que sólo quien lo haya vivido pueda comprender el horror de ver que un hijo casi recién nacido deja de respirar. Le sucedió a una joven madre de Olmedo en la tarde de este domingo. Su pequeña Cayetana, de sólo 40 días de edad, se asfixiaba mientras ambas se encontraban en el interior de un vehículo. La llamó a gritos, intentó reanimarla mientras el pánico se apoderaba de ella, pero la pequeña se amorataba y quedaba inane según iban pasando los segundos. Entonces fue cuando, como en una aparición, vio acercarse a dos guardias civiles y no dudó un instante en pedir ayuda.

«La madre estaba aterrorizada, totalmente bloqueada», relató ayer a este periódico uno de los dos agentes de la Benemérita que lograron reanimar al bebé. «Mi compañero, que estaba más cerca, cogió a la criatura y la puso boca abajo en su antebrazo. Con unos golpes en la espalda, logró que vomitara un líquido amarillo, como una flema, y volvió a la vida». Con ese rápido y hábil movimiento, consiguió desbloquear sus conductos respiratorios.

Así lo cuenta Carlos Manuel Pérez, que un instante después cogió el volante del coche que antes había conducido su compañero, Luis Paniagua, y los llevó al centro de salud de Olmedo. El propio Paniagua entró junto a la madre al despacho del médico para acompañarla, pues continuaba muy alarmada.

Poco imaginaban los dos agentes que la tarde iba a acabar así. «Nos encontramos la escena en la esquina de la Avenida del Diez de Octubre. Era muy preocupante porque la niña tenía la mirada perdida y los brazos caídos», afirmó Paniagua.

Lejos de sentirse ‘héroes’, o de hacer referencia al cumplimiento de un deber tan bien cumplido, ellos subrayan que lo que hicieron fue «un acto reflejo». Tanto Carlos, al alinear rápidamente el coche con el de la mujer, como Luis, que se apresuró y auxilió al bebé en cuanto pudo alcanzarlo.

Un ‘acto reflejo’ quizá debido a la experiencia, ya que ambos, con 37 años, son padres de familia: Paniagua de dos, y Carlos de uno. El primero, natural de Zamora, llegó a Olmedo hace seis meses, por ser el puesto disponible más cercano a Valladolid, donde trabaja su mujer.

Carlos, sin embargo, nació algo más lejos, en Uruguay, aunque su familia es gallega. «Vine a España al Ejército del Aire», relata. «Lo más cerca que había de Galicia era la base de Villanubla. Me adapté a la vida en Valladolid, y aquí sigo».

En el centro de salud de Olmedo aún se vivieron momentos de tensión. «Dos vecinos a los que estaba atendiendo el médico salieron amablemente de la consulta para dejar que revisaran a la niña», cuenta Pérez. Después, la pequeña Cayetana fue trasladada al Hospital Comarcal de Medina del Campo, donde ayer permaneció en planta con evolución favorable.

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