‘Semana negra’ para el PP, que podría perder también Peñafiel

El PP podría perder en los próximos días también la Alcaldía de Peñafiel, en una ‘semana negra’ que comenzó con la moción de censura interpuesta anteayer en Zaratán. Todos los grupos de la oposición peñafielense han firmado otra que, según pudo saber ayer este periódico, sólo está a la espera de la decisión de los órganos nacionales de Ciudadanos para ser cursada enel Registro municipal.

Responsables provinciales del Partido Popular, entre ellos el presidente, Ramiro Ruiz Medrano, y el encargado de Formación Política, Pablo Trillo, intentan frenar la iniciativa a través de un pacto con el concejal de Candidatura Independiente–Coalición de Centro Democrático (CI–CCD), Jesús Cuadrado González. Han tenido varios contactos durante los últimos días que no han fructificado en ninguna conclusión.

Si la moción de censura prospera, supondrá un varapalo para el Partido Popular, que pierde los últimos reductos importantes de una provincia en la que disfrutó de amplia hegemonía durante décadas. Con Zaratán (6.201 habitantes) perderá en el Pleno del próximo 14 de febrero, con toda probabilidad, su principal presencia en el alfoz de Valladolid. En el cinturón de la capital sólo se mantiene fuerte en Simancas (5.254 habitantes).

En cuanto al resto del territorio provincial, el PP ya perdió hace dos legislaturas municipios emblemáticos como Tordesillas (8.905), Medina del Campo (20.774), y en las últimas municipales de 2015, otros como Íscar (6.516). El pasado noviembre se le cayó, sin moción de censura, a causa de dimisiones encadenadas, Quintanilla de Onésimo (1.059).

Con el previsible cambio en la Alcaldía de Peñafiel, una ‘marca señera’ entre los pueblos de Valladolid, con 5.327 habitantes, sólo les quedarían a los ‘populares’ municipios de menor población como Renedo (3.697), Medina de Rioseco (4.803) u Olmedo (4.803).

Oscurantismo

Los portavoces de los grupos de la oposición en Peñafiel, con quienes pudo hablar recientemente este periódico, coinciden en señalar lo que tachan de «oscurantismo» en la gestión del alcalde, Roberto Díez González. Un alcalde en minoría que no ha dudado a la hora de negar las retribuciones a todos los ediles –éstos, a su vez, pudieron, por su situación de mayoría, suspenderle el sueldo a él–. También se enfrentó Díez a todos los grupos de la Corporación cuando tocó licitar el servicio de guardería municipal, que prorrogó al anterior adjudicatario.

Son algunos de los episodios que forman parte de una lista de acciones políticas en las que la negociación y la búsqueda de consenso con las otras fuerzas políticas ha brillado por su ausencia, según el sentir de los portavoces de la oposición.

El propio Cuadrado aseguraba hace pocos días durante una conversación con este periódico que el alcalde lleva el Ayuntamiento «de forma sectaria», porque «no respeta el derecho a la información de los concejales». Aseguraba también que existe «un estado de abandono del Ayuntamiento». Para referirse a la actitud de Díez González y las consecuencias de su comportamiento, aseguró: «Cuando se humilla al enemigo, tienes la revolución». Aunque el documento aún no estaba firmado, ya aseguró: «Tarde o temprano, habrá una alternativa de Gobierno en el municipio».

Peor aún es la opinión del portavoz de Ciudadanos, Javier Puerto, cuya formación ha interpuesto seis denuncias por prevaricación contra el actual alcalde. Los hechos que señala abarcan desde irregularidades en el despido de la anterior secretaria municipal, hasta cuestiones «poco claras» en las normas urbanísticas sobre el casco histórico, donde le acusa de vulnerar la debida protección de un Bien de Interés Cultural como es el Convento de San Francisco y haber contribuido a su «expolio».

Incluso el portavoz de Izquierda Unida, José Luis Posac, que había intentado un acercamiento al alcalde para «trabajar por el municipio dejando aparte las ideologías», y posibilitó la aprobación de los presupuestos municipales a finales de 2016, ha terminado por distanciarse del primer edil peñafielense.

Siempre crítico se ha mostrado también el portavoz socialista y diputado provincial, Javier Herrera Platero, uno de los principales impulsores de la moción como cabeza de la segunda fuerza política, con tres concejales. Esa condición ha sido, de otra forma, uno de los principales escollos del pacto, pues Cuadrado también ha querido ponerse al frente aun representando a un partido con un solo concejal.

Entre los dos han alcanzado una solución salomónica, la misma que tomaron en Quintanilla de Onésimo Ciudadanos y el PSOE: ocuparán los dos una Alcaldía rotatoria. Durante el primer año el regidor será Jesús Cuadrado, y durante el segundo año, y último de la legislatura, tomará el bastón Javier Herrera.

En cuanto a los motivos ‘oficiales’ enumerados en el escrito de moción de censura, redundan en la idea de la «ingobernabilidad» del municipio. Una ingobernabilidad que acentúan tanto la falta de secretario municipal como de interventor, y el «exceso de celo y falta de transparencia» del alcalde, que no deja a los ediles consultar ninguna documentación.

Además, inciden en las seis denuncias de ciudadanos al alcalde ante la Fiscalía; su modo de gobernar «con autoritarismo, a base de decretazos»; la «falta de policías municipales, no ejecutar los acuerdos de pleno y la falta de un proyecto de pueblo». Según el escrito, el alcalde «mantiene un trato discriminatorio con los trabajadores en las retribuciones», lo que supone un «auténtico desgobierno». La compatibilidad de la Alcaldía con la gerencia del Grupo de Acción Local Duero Esgueva es otro de los puntos cuestionados por la oposición.

Díez González, por su parte, siempre ha defendido su total honestidad y honorabilidad, negado cualquier irregularidad o incompatibilidad en sus atribuciones.