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Patrimonio monástico en la ‘web’ de segunda mano

Cuarenta artículos del convento de las Carmelitas de Tordesillas, desalojado por falta de vocaciones, aparecen a la venta en internet

Fachada lateral del Convento de las Carmelitas Descalzas de Tordesillas, actualmente desabitado.-EL MUNDO

Publicado por
Santiago G. del Campo
Valladolid

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«Candelabro de altar en bronce, del siglo XVIII, 125E»; «Precioso relieve del Sagrado Corazón, 36E»; «Cruz Bordada en hilo de oro, 20E...», y así hasta 40 artículos. Los vecinos de Tordesillas se levantaron ayer sobresaltados por esas ofertas en una conocida página web dedicada a la venta de artículos de segunda mano. Todos ellos «pertenecían al Convento de las Carmelitas Descalzas», tal y como explicaba el vendedor en cada uno de los anuncios.

La noticia corrió como la pólvora sobre todo entre los más jóvenes, que no tardaron en difundirla a través de las redes sociales. Cundió la alarma al pensar que alguien podría estar expoliando –quizá incluso las propias monjas– el patrimonio del pueblo.

Nada más lejos de la realidad. El responsable de la publicación de los anuncios es un reconocido comerciante de la localidad, Patricio Barros, titular desde hace décadas de una conocida tienda de menaje. Él ha incluido «artículos vintage y alguna antigüedad como éstas» al stock de su negocio para «adaptarse al mercado, que está muy difícil», según explicó ayer a este periódico.

Con 64 años, a sólo uno de jubilarse, algunos achaques que empiezan a golpearle, y una temporada de convalecencia reciente, le han llevado a decidirse por ofertar algunos de sus artículos en internet. Más concretamente en milanuncios.com, una de las páginas de venta de objetos de segunda mano entre particulares más conocidas del país. «Me resultaba muy complicado hacerme cargo permanentemente de la tienda, como antes, y por eso ya no voy todos los días». Él intenta suplir en la red lo que deja de vender de forma presencial.

Pero si llamativa es la forma de ‘comercializar’ estos productos, también lo es la historia de cómo los adquirió. «Hace siete años, cuando se iban a ir las últimas monjas del Convento de las Carmelitas Descalzas –quedaban sólo nueve–, un vecino vino a mi tienda y me alertó de que habían llamado a un chatarrero para que se llevara un montón de objetos que tenían en los desvanes».

Así que Patricio se presentó en cuanto pudo en el convento, y le propuso a la superiora comprárselos. «Era mejor eso a que todo aquello terminara en la basura», relata. «Sor Consuelo me dijo que lo daban porque se iban a un convento de Medina del Campo que era pequeño, como un piso, y allí no les cabía nada». Eso sí, en cuanto le dejaron entrar, tuvo que seleccionar muy bien lo que rescataba.

«Había allí incluso 20 ó 30 latas de chapa, de todo tipo de alimentos; cosas de encaje, pasamanería, mantones, muchos complementos de las vírgenes, y muchas cosas deterioradas, como sillas totalmente llenas de carcoma», recuerda.

Las carmelitas se llevaron, no obstante, todos los bártulos que pertenecían a su orden. «Estos elementos realmente no eran suyos sino de una congregación que habitaba el edificio antes de que ellas llegaran», explica Barros. «Eran monjas de SanJuan Bautista».

Se habían encontrado allí con todos esos enseres cuando adquirieron el enorme edificio tordesillano, en la década de los años 50 del siglo pasado. «Si no me lo llevaba yo, todo eso habría acabado en la basura, así que lo que vi que podía aprovechar lo compré», asegura.

El comerciante, aficionado a las antigüedades, no sabía que levantarían tanto revuelo sus artículos en internet. «Puse en los anuncios que eran del antiguo convento de las Carmelitas para que la gente lo sepa, porque le da más caché a los objetos», explica. No es la única mercancía ‘eclesiástica’ que ha podido comprar. Durante una reforma en la iglesia de Santa María le ofrecieron tarima y algún confesionario antiguo, y objetos parecidos en la iglesia de San Juan.

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