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MEDIO AMBIENTE

Adiós a los camiones cisterna

Torrecilla de la Orden, Marzales, Curiel, San Pelayo, Wamba, Vega de Valdetronco y Castrodeza erradican la contaminación por nitratos

Un camión cisterna de los bomberos llena el depósito de un municipio de Valladolid, en una imagen de archivo.-D.V.

Publicado por
Laura G. Estrada
Valladolid

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Los camiones cisterna han dejado de abastecer de agua a los últimos municipios de la provincia que, en mayor o menor medida, arrastraban problemas debido a la contaminación por nitratos. Siete núcleos, ubicados sobre todo en la zona de Montes Torozos, donde los vecinos necesitaban la ayuda de los bomberos o tenían que recurrir al agua embotellada, y que ahora ya pueden consumir del grifo.

La solución para rebajar las concentraciones de estas sales que pueden resultar perjudiciales para la salud, según especifica la directiva europea que los regula, ha llegado de la mano de los propios ayuntamientos afectados, que han optado por colocar sistemas de depuración junto a sus depósitos.

El último en instalar una desnitrificadora para poner fin a este problema de suministro ha sido Torrecilla de la Orden. Según el historial de abastecimiento facilitado por la Diputación de Valladolid, los bomberos no realizan ningún ‘viaje’ de agua desde el mes de abril.

«Llevábamos con problemas desde 2009, cuando la Unión Europea rebajó los niveles de nitratos permitidos para el consumo», recordó el alcalde de la localidad, Pedro Alberto Paredes. Entonces, colocaron un primer sistema de depuración, pero no tenía capacidad suficiente para abastecer a toda la población.

Ahora, gracias a los Planes Provinciales, han colocado un dispositivo más potente con una inversión de 18.000 euros, indicó el regidor, aunque el Ayuntamiento sólo ha tenido que sufragar el 5% del coste.

También desde los primeros meses de este año los residentes en la localidad de Marzales pueden beber del grifo sin temor a que el agua supere los niveles establecidos para proteger la calidad del agua y que, en la actualidad, están fijados en 50 miligramos por litro.

Después de casi un año dependiendo de los camiones cisterna de los bomberos, han optado por desembolsar 9.000 euros para instalar una desnitrificadora, sufragados gracias a un remanente de las arcas municipales, aunque el alcalde de la localidad, José Luis Rico, avanzó que no descartan solicitar una subvención para hacer frente al gasto.

También Curiel ha puesto fin a los nitratos este año, después de que Sanidad advirtiese a mediados de 2015 de que el agua no era apta para. En su caso, según explicó el alcalde, Jesús Granado, el precio del sistema de depuración asciende a casi 30.000 euros, sufragados a partes iguales gracias a un remanente municipal y a una subvención del Plan de Sequía de la Diputación.

En San Pelayo, 2016 pasará a la historia por ser el año en el que los vecinos dejaron de ver cómo los bomberos llenaban su depósito de agua para poder beber. Aunque ya habían instalado con anterioridad una desnitrificadora valorada en alrededor de 4.000 euros, necesitaron abastecimiento durante el tiempo que tardaron en reparar la bomba, según detalló su alcaldesa, Virginia Hernández.

Su homóloga en Vega de Valdetronco, Lourdes Gómez, también recordó la inversión de 2.000 euros para colocar el sistema de filtrado porque tanto el manantial como la perforación que surten de agua a la localidad sobrepasa los límites de la directiva europea. En su caso, eso sí, no necesitaron a los bomberos, sino que los vecinos recurrieron al agua embotellada.

Wamba y Castrodeza completan el grupo de municipios de la provincia que este año han ‘tachado’ de su lista de tareas pendientes la instalación de desnitrificadoras para que la imagen de los camiones cisterna acercando agua a los municipios sea ya recuerdo del pasado.

LOS AYUNTAMIENTOS ECHAN CUENTAS DEL MANTENIMIENTO

La mayoría de los ayuntamientos que han colocado desnitrificadoras junto a los depósitos del agua para acabar con los problemas de contaminación por nitratos han recurrido a subvenciones o ayudas de la Diputación para sufragar los costes de instalación, pero todavía tienen que ‘echar cuentas’ sobre el coste de mantenimiento que necesitan estos sistemas.

Por el momento sólo San Pelayo parece haber calculado el desembolso al que tendrán que hacer frente a partir de ahora y que, en su caso, será de alrededor de 100 euros mensuales, es decir, en torno a 1.200 euros al año, según explicó la alcaldesa de la localidad, Virginia Hernández.

El resto de alcaldes consultados destacó que aún están pendientes de revisar las facturas desde que este año instalaron la desnitrificadora y que será ahora, de cara a elaborar las cuentas para el próximo ejercicio, cuando comprueben cuánto dinero han gastado en su cuidado.

El desembolso se centra sobre todo en la adquisición de las sales necesarias para su funcionamiento. Gracias a estas sales, que se añaden a un pequeño depósito que funciona a través de una bomba, los nitratos se quedan ‘pegados’ y el agua pasa ya purificada al depósito municipal que surte a toda la red de abastecimiento.

Completado el ciclo de funcionamiento durante todo el día, por las noches se expulsa el agua sobrante y las sales utilizadas y se procede al lavado del pequeño depósito, para comenzar de nuevo a funcionar al día siguiente, añadiendo las sales necesarias para la purificación del agua. 

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