Adiós a la temporada de encierros

Olmedo celebró ayer el último de sus encierros tradicionales ‘al estilo de la villa’, declarados de interés turístico regional. Se trata del último festejo de su categoría de la temporada en la provincia. Los tradicionales de Olmedo son encierros mixtos, con recorridos campero, urbano, y capea final. Esta última se desarrolla en el peculiar y centenario coso de la villa, adosado a las piedras de la muralla. Acuden muchos de los mejores cortadores de la provincia y otras aledañas.

El encierro dedicado a la Virgen de la Soterraña, patrona de la localidad, se celebra unos días después de terminadas sus fiestas dedicadas a SanMiguel y San Jerónimo, con cuatro encierros que terminaron el pasado día 2.

El festejo transcurrió sin incidentes, y más de 2.000 personas pudieron disfrutar de la marcha de la manada, formada por cinco toros y diez bueyes. Partió a eso de las 17,30 de los corrales de la dehesa, para dirigirse a buen paso, conducida por más de un centenar de caballistas, a la zona del embudo, junto al Mirador del Hontanar.

Los cindo morlacos pertenecían a la ganadería de Río Grande, un hierro extremeño cuyos toros pastan en la finca de ‘El Cahoso’ de Badajoz, de encaste Santa Coloma. Dieron buen juego, del que pudieron disfrutar tanto caballistas como mozos y aficionados.

Por la mañana la villa se había engalanado en su tradicional misa en la cripta de la Virgen de la Soterraña, que sólo se abre en ocasiones especiales. Acudieron autoridades, la reina y las damas de las fiestas, camareras y cofradías de la Virgen y del Pino, el Coro de la villa y tierra, y la asociación musical Villa de Olmedo. Tras el encierro, a las seis de la tarde, se abrió de nuevo la cripta de la Virgen, lugar que pudieron visitar los vecinos hasta la 21,00 horas.