Un multitudinario encierro despide la fiesta en Montemayor
La coincidencia del festejo mixto con el día festivo incrementa el número de visitantes y caballistas
Los caballistas ‘arrean’ a la manada para conducirla a las calles.-J.M.LOSTAU
Montemayor de Pililla despidió ayer sus fiestas patronales con uno de los encierros mixtos más multitudinarios de los últimos años. La coincidencia del evento con día festivo –la anterior edición cayó en viernes–, y el buen tiempo, favorecieron la afluencia de visitantes, que rozaron los 5.000, y de caballistas, alrededor de un centenar.
Tres toros seleccionados, uno de la ganadería de Aguadulce, otro de Adelaida Rodríguez y otro de Condesa de Sobral, partieron de los corrales en el campo a las diez de la mañana. Junto a cinco bueyes, trotaron rápidamente hacia el casco urbano. Fueron momentos en los que los presentes pudieron disfrutar de la característica estampa de los encierros montemayorcenses, con la silueta del casco urbano a lo lejos y una suave nube de polvo –contenida por los cultivos de cebada recién cosechada–, que levantaron primero las cabalgaduras, y después un marasmo de vehículos a motor entre los que se encontraron coches, motos y quads.
«Uno de los toros se quedó atrás, pero pudimos recogerlo después con los bueyes», explicó a este periódico el ganadero responsable de Taurogest, empresa concesionaria de los festejos taurinos, Pepe Mayoral. «Los dos primeros novillos entraron bien con los bueyes y luego el tercero. El público disfrutó porque pudo presenciar dos encierros en uno», añadió.
Por su parte el alcalde de la villa, Iván Velasco, celebró que no se haya tenido que lamentar ningún herido durante las fiestas. «Todo ha salido bien y hemos disfrutado de buenos toros», aseguró. «Los vecinos nos están trasladando que hemos vivido unas buenas fiestas de la Exaltación de la Cruz».
Termina así una semana plagada de actividades. Un programa que tiene los toros como hilo conductor. En esta ocasión, como novedad, se celebró el jueves 15 por la tarde un bolsín taurino.Además en la tarde de ayer, un día en el que sólo se solía celebrar una capea de becerras, tuvo lugar un gran prix de peñas antes de la suelta.
En cuanto a los encierros, sólo el de ayer fue mixto, pero se sucedieron otros cinco urbanos, que transcurrieron sin incidentes. La ambulancia sí sonó ayer para socorrer a un accidentado, pero nada tenía que ver con el encierro.Se trataba de un visitante que se cayó en las calles de la villa y se rompió uno de los huesos del pie.
Como no podía ser de otro modo, la localidad puso el broche de oro por la noche, con la celebración de una discomovida a cargo de los animadores ‘Baile de la abuela’.