Sociedad
El alfoz alerta de ser el «basurero» de la capital
Los municipios del cinturón de Valladolid elaborarán un pliego de propuestas para que la Junta elimine los vertederos / Piden más vigilancia y formación
Escombros de obra y diverso material arrojado a las afueras del municipio de Cigales.-Miguel Ángel Santos
La proliferación de escombreras ilegales en la provincia es un problema que los ayuntamientos arrastran desde hace décadas, pero en los últimos años se ha acrecentado de forma significativa en el alfoz y los alcaldes de los municipios próximos a la capital han decidido dar un golpe sobre la mesa y reivindicar, a través de la Comunidad Urbana de Valladolid, una solución urgente para acabar con estos vertederos.
Están limitados, coinciden en señalar los ediles, porque no cuentan con recursos municipales suficientes para evitar que se arroje material de obra ni para retirar esos desechos del hogar que se acumulan en caminos, pinares, montes, cunetas, riberas de los ríos o explanadas. «Nos estamos convirtiendo en el basurero de la capital», destacan numerosos regidores.
Después de años de intentos baldíos para borrar del paisaje estas montañas de azulejos, ladrillos, sanitarios, muebles o electrodomésticos, las localidades ubicadas en el cinturón que rodea la capital han puesto en común su problemática y han acordado elaborar un pliego de medidas que trasladarán después al Gobierno regional para que promueva acciones.¡
Incluso en Renedo de Esgueva tanto su alcalde, Luis Fernández, como el concejal de Medio Ambiente, Nuño Arroyo, mantuvieron hace unos días una reunión con el director general de Calidad y Sostenibilidad de la Junta de Castilla y León, José Manuel Jiménez, para exponerle la preocupación ante el aumento de vertidos «procedentes de la capital» y la necesidad de llevar a cabo una limpieza del entorno.
«Quizá tenga que poner escombreras gratuitas porque está claro que por ahorrarse cincuenta euros, la gente prefiere cargar una furgoneta y tirar los restos de una obra en el campo», apunta la alcaldesa de Cigales, Pilar Fernández.
En el pueblo vecino de Mucientes su regidora, Emiliana Centeno, plantea una «mayor labor inspectora» por parte de la Guardia Civil y la impartición de cursos de información ambiental. «Hay gente que no sabe que al comprar por ejemplo un frigorífico nuevo está pagando una tasa para que le retiren el viejo y lo tira en cualquier sitio», subrayó.
También para el alcalde de Villanubla, Félix Velasco, se trata de un «problema de concienciación» que, además de causar un grave perjuicio a la naturaleza, origina numerosos gastos a las arcas municipales. En su caso, recuerda que el año pasado desembolsaron en torno a 10.000 euros para alquilar una excavadora y llevar los escombros a un punto autorizado, pagando la tasa pertinente. Pero en la zona industrial de Villanubla, de nuevo se acumulan los residuos, constató.
Otra actuación similar llevó a cabo el Ayuntamiento de Cigales hace cuatro años, en este caso cifrada en torno a los 5.000 euros, pero los residuos han vuelto a proliferar. En su caso, además, optaron por instalar un contenedor de escombros dentro del punto limpio, pero enseguida se llenaba y calcularon un gasto diario de 600 euros para transportarlo hasta una planta, por lo que tuvieron que retirarlo.
Las causas de este incremento de residuos las achacan a un posible aumento de reformas menores que se ejecutan sin la correspondiente autorización y no tanto a obras de gran envergadura. Trabajos dentro de la economía sumergida o desechos de pequeñas empresas que prefieren ahorrarse la tasa de residuos y arrojan también otros materiales, como neumáticos o aceites, en entornos sin vigilancia.
Lo que tienen claro los alcaldes de los municipios afectados es que los responsables no son sus vecinos, conocedores de la existencia de puntos limpios y de su funcionamiento, sino habitantes de la capital que se desplazan unos kilómetros para deshacerse de los escombros, sobre todo por las noches.