Peñafiel
El agua cede el protagonismo al vino en Peñafiel
La localidad amaneció con lluvia y provocó un descenso de público pero dio una tregua en la tradicional pisada de uva y degustación del primer mosto / La XXIVFiesta de la Vendimia logra reunir alrededor de 1.500 personas
La lluvia con la que despertó ayer la jornada hizo mella en la celebración de la XXIV Fiesta de la Vendimia de Peñafiel, que sufrió un ligero descenso de público respecto a pasadas ediciones, pero dio una tregua en el principal acto de programa y no impidió que alrededor de 1.500 personas brindaran con el primer mosto de la cosecha después del tradicional pisado de uva en la Plaza de España. Afectó, pero no deslució.
La preocupación porque se aguase la celebración se palpaba en los momentos previos al inicio del festejo, con vecinos resguardados en los sotechados o cobijados bajo los toldos de las terrazas, máxime porque mientras los operarios estuvieron montando el escenario a primera hora, no cesó de llover y el temor a una suspensión se convirtió en la comidilla de los corrillos de público congregado en el entorno.
Pero las nubes no descargaron y todo transcurrió según lo previsto. A escasos metros, seis mujeres de la Asociación de Amas de Casa Santa Clara retocaban sus atuendos al final de una de las calles que conduce a la plaza y probaban las uvas recién recolectadas que después darían a degustar al público.
Un viaje a los antepasados con toques de modernidad, porque debajo de esos ropajes antiguos, compuestos por zapatillas oscuras, faldas largas cubiertas por mandiles, picos de lana sobre los hombres y pañuelos para cubrir la cabeza, guardaban los smartphones con los que retrataron el momento previo al estallido de la música.
Mientras, en la plaza, el público fue perdiendo el miedo a la lluvia y se fue acercando al escenario para garantizarse un vaso del primer mosto. Hasta que en torno a las dos de la tarde, la comitiva formada por los dulzaineros ‘Los Villa’ de Laguna de Duero y las representantes del ‘Grupo de Danzas Duratón’ de Peñafiel, entraron en la plaza para rendir homenaje a la vendimia en una localidad convertida en cuna de la Ribera del Duero en la provincia gracias al asentamiento de unas setenta bodegas.
En total, tres canastos llenos de racimos de uva tempranillo, cortesías de Bodegas Pingón, y barriles para repartir alrededor de 100 litros de mosto entre la multitud de asistentes mientras la música sonaba y las mujeres de la asociación llenaban jarras sin más descanso que el imprescindible para gastarse bromas.
Terminado el acto popular, el tapeo se convirtió en la mejor alternativa, gracias a la XIV Feria del Vino Joven y el concurso de pinchos, que como novedad este año sumó otro establecimiento participante y aumentó el precio 30 céntimos hasta los 2,80 euros.
Ahora toca pensar en la celebración del próximo año, cuando la Fiesta de la Vendimia cumpla medio siglo de vida. Una fecha para recordar aunque la concejala de Cultura, María Ascensión Rodríguez, y la técnico de Cultura, Toñi Lázaro, confirmaron que aún quedan muchos meses para pensar y aún es pronto para aventurar propuestas.