Una tradición centenaria

Sus encierros ‘despiertan interés’. Tienen historia. Una biografía propia. Cuando los amantes del mundo taurino acuden a Olmedo, tras despedir los meses más calurosos del año, se topan con un lento caminar de toros y caballos con cientos de legajos en el archivo municipal. Es narrativa viva. Una liturgia de astas y pezuñas que no deja indiferente a nadie.

Los encierros de la Ciudad del Caballero son los de mayor antigüedad y belleza de la provincia. La fiesta comienza en una enorme planicie por la que transcurren las reses, desde allí son dirigidas por la comitiva hacia la localidad por la carretera de Matapozuelos, entrando al pueblo por el Mirador del Hontanar, un lugar único para ver el espectáculo a pie.

En este enclave, los jinetes ceden el testigo a los corredores, que conducen a los bravos hasta el coso al que dan abrigo las murallas de la villa, por el paseo de San Juan, atravesando el Arco de la Villa, la plaza de San Andrés hasta llegar a los toriles.

El municipio ofrecerá este espectáculo en cuatro ocasiones. La primera tendrá lugar hoy, a las cinco de la tarde. Toros de la ganadería Miranda de Pericalvo mostrarán su buena capacidad para embestir debido a la rama de Jandilla. Al día siguiente, la cita con una tradición centenaria será a las 11 de la mañana. En esta ocasión, serán los toros de la ganadería Jesús Estenaga los que mostrarán su sangre brava y poderío. El domingo, el evento se repetirá a la misma hora. Las reses de la ganadería Hermanos Tornay serán las encargadas de recorrer esta travesía.

El broche lo pondrán el martes, a las cinco de la tarde, los morlacos de la ganadería José Juan Pérez-Tabernero. Además, después de este periplo campero, todos los días en el coso se lidiarán los toros del encierro del día siguiente.

Estas citas, declaradas de Interés Turístico Regional, no serán las únicas que formen parte del ‘cartel’ taurino de fiestas. Los encierros urbanos también ocupan un lugar destacado. Se celebrarán cuatro. La mayor parte de ellos al filo de la medianoche, aunque el último día se podrá disfrutar de esta actividad a las cinco y media de la tarde.

A las carreras tanto por la dehesa castellana y leonesa como por las avenidas y bulevares de la villa del Caballero, se sumará un concurso de cortes, quiebros y saltos. Habilidad y sangre fría, mucha sangre fría, demostrarán los cortadores a la hora de enfrentarse cuerpo a cuerpo con los novillos del hierro de Luis Fraile. Una representación de la tauromaquia donde no se necesita ni capote ni muleta, pero es muy necesario conocer las querencias y las distancias para esquivar los envistes del toro. La cita será mañana a las cinco de la tarde en el albero olmedano. La competición estará amenizada por una charanga.

Al día siguiente, los amantes del mundo taurino estarán de suerte, porque a las cinco y media de la tarde, se celebrará un festival mixto sin picar. En él, se lidiarán cuatro novillos de la ganadería Cantoblanco para el rejoneador Óscar Borja y los novilleros Dario Domínguez y Toñete.

El primero tomó la alternativa en Burgos compartiendo cartel con Diego Ventura y Leonardo Hernández. Los otros dos demostrarán su poderío y su saber estar en la arena. Toñete’ Catalán Palazón debutó con su primer traje, de azul pavo y oro con bordado de jarrones el pasado año. Hijo de Antonio Catalán, dueño de la cadena de hoteles AC, mostrará su empeño y tesón en el ruedo.

El lunes, a las ocho y media de la tarde, se celebrará un encierro ecológico a caballo organizado por la Asociación Taurina Amigos de los Encierros en los aledaños de la plaza de toros.

El toro del alba será la actividad madrugadora del martes. A las 9, los bravos de la ganadería Jesús Estenaga mostrarán un espectáculo único. Personas en las talanqueras, corredores en las calles, la fiesta estará servida.