Pascual Herrera: «Vosotros sois el vino de esta tierra»

El presidente del consejo regulador de la DO Cigales, Pascual Herrera, ensalzó ayer en el pregón inaugural de las fiestas de Fuensaldaña la importancia de los agricultores y de las pequeña bodegas como pilares de una industria, la del vino, que en los últimos años ha ganado relevancia hasta convertirse en un sector relevante de la provincia y también de la Comunidad.

«Vosotros sois el vino de esta tierra y yo soy del vino de esta tierra», enfatizó Herrera desde la balconada del Ayuntamiento como guiño a los orígenes de la producción de unos caldos que cuentan hoy con el sello de una denominación para atestiguar su calidad.

Por esos pequeños productores, el hombre que lleva ocho años al frente del Consejo Regulador animó a brindar en Fuensaldaña después de vitorear a San Cipriano, patrón de la localidad y de los «hechizos y brujerías», y de pedir que en esta semana festiva «neutralice la Ley de Murphy» para que todo transcurra con armonía.

Además, instó a los vecinos a decir adiós y desconectar de la rutina, de lo cotidiano, de la melancolía, de la soledad o del aislamiento, enumeró Herrera, y deseó que las próximas jornadas sean «plenas y satisfactorias» y los vecinos las compartan con todo el mundo, «conocidos y desconocidos».

Como ejemplo de ese espíritu de participación citó a las peñas, sin olvidarse también del importante papel de los reyes y damas como representantes de las fiestas.

Por todos ellos, el presidente del Consejo Regulador y vecino de Fuensaldaña desde hace poco más de un año, brindó explicando el proceso que simboliza la ceremonia, alzando la copa al cielo para dar las gracias y bajándola después al medio para mirarse a los ojos y celebrar la fraternidad.

«Que empiece la fiesta con tino y con cordura y, sobre todo, con vino», subrayó el pregonero tras recitar unos versos de los Cantos Goliardos de Carmina Burana sobre la taberna. «Primero por el precio del vino, por esto beben los libertinos. Beben la segunda por los cautivos, después por todos los vivos. La cuarta por los cristianos todos. La quinta por los fieles difuntos. La sexta por las mujeres casquivanas, la séptima por los caballeros asilvestrados».

Y tras continuar el recital, Pascual Herrera puso el broche con unos versos de su propia cosecha. «Y si en Fuensaldaña bebe el pueblo con prudencia y esmero, más y mejor debe hacerlo este humilde señor pregonero».