La CHD autoriza una piscina fluvial en un río que está seco

La construcción de una piscina fluvial en la localidad de Castromonte se antojaba, cuanto menos, atractiva, máxime cuando en la provincia no hay ninguna zona autorizada de baño en un enclave natural, más allá de la playa de Las Moreras, en la capital vallisoletana. Pero la idea resulta «inviable», aclara el actual alcalde, Heliodoro de la Iglesia, pese a que el proyecto cuenta con la aprobación de la Confederación Hidrográfica del Duero, porque el río Bajoz que debía nutrir las instalaciones, se ha secado.

De hecho, apenas dos semanas después de que el organismo dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente diera luz verde a la solicitud enviada por el Ayuntamiento, el nuevo equipo municipal surgido tras las elecciones del 24 de mayo pide ayuda a la Confederación para acondicionar el cauce.

Con fecha 27 de julio, el regidor envió un escrito para solicitar a la CHD acogerse al plan de actuación de limpieza de ríos, puesto que la maleza ha provocado el «desbordamiento en distintas zonas» y «el poco cauce no fluye» por la presencia de vegetación que ha ido creciendo y que no se ha limpiado.

Como consecuencia de esta situación el río se ha secado «en el transcurso de todo el casco urbano, acarreando un problema de olores e infecciones en el desagüe del municipio», añade Heliodoro de la Iglesia, en un escrito donde constata su preocupación por el pantano situado entre Castromonte y La Santa Espina, por los problemas de «contaminación» que pueda sufrir.

Con esta intervención de carácter urgente el alcalde confía en que no se prolonguen los problemas de sequía que sufren desde hace casi tres semanas y que se están acrecentando por la existencia de pozos que han construido algunos vecinos para el riego, y que también dificultan que discurra el agua.

Un cúmulo de dificultades que aparcan sine die la construcción de la piscina fluvial, proyecto que ahora califican de inviable por las características del Bajoz. «Se necesita un río caudaloso porque este tipo de instalaciones precisan que fluya un mínimo de agua todos los días que garantice la depuración de la piscina, y aquí no lo hay», sostuvo De la Iglesia.

Aunque el nuevo regidor afirmó desconocer el coste que supuso para las arcas municipales la contratación de los servicios técnicos para elaborar el proyecto, tiene claro que no se puede materializar.

Según la documentación consultada, el Ayuntamiento solicitó en mayo del año pasado a la CHD una concesión de aprovechamiento de aguas superficiales con el fin de construir una piscina de 25 metros de largo, 10 de ancho y 1,40 de altura, para una profundidad máxima de un metro y una capacidad total de 250 metros cúbicos.

La piscina se instalaría junto al cauce, de manera que sirviera «como área recreativa y de baño en la época estival», rezaba el documento, que estimaba un ‘caudal máximo instantáneo’ de 2,89 litros por segundo. Para su construcción, la toma de agua se realizaría mediante la colocación de 180 metros de tubería de alimentación, aliviadero y desagüe que habría que excavar para poder llevar a cabo este espacio recreativo.

Catorce meses después de la solicitud del Ayuntamiento de Castromonte, en concreto en julio de este mismo año, la CHD resolvió de forma afirmativa la solicitud del aprovechamiento de aguas procedentes del cauce del Bajoz para la citada piscina fluvial, por un periodo de concesión de 25 años. Pero las circunstancias mandan y, de momento, lo que apremia es la limpieza. Este periódico intentó recabar la versión de la CHD, sin éxito.