Castronuño pide ayuda como ‘zona catastrófica’

El alcalde de Castronuño, Enrique Seoane, pidió la declaración de ‘zona catastrófica’ para esta localidad del suroeste de la provincia, de apenas mil habitantes. La tormenta de la noche del viernes dejó una tromba de agua y granizo que ha destruido carreteras, caminos, cultivos y saneamiento.

«Llevo horas por teléfono hablando con la Subdelegación del Gobierno, la Junta de Castilla y León y la Diputación. Al parecer todo el mundo está de vacaciones», explicó ayer a este periódico el primer edil de la villa. «Nosotros no tenemos medios para reparar todo esto, necesitamos ayuda».

Visiblemente preocupado, Seoane deploró que en la Subdelegación le nieguen la calificación de ‘zona catastrófica’ «porque no se han destruido viviendas ni naves industriales», explicó. «Aunque no estén afectadas ese tipo de edificaciones, el granizo, la lluvia y al barro han afectado a todo lo demás».

Los caminos del término municipal, uno de los más grandes de la provincia, «están intransitables».También la agricultura ha sufrido daños «millonarios», y el cauce de algunos arroyos, que casi siempre llevan «un hilo de agua», se han convertido en «verdaderos torrentes».

«La situación nos desborda», insiste el primer edil. Acusa a la Confederación Hidrográfica del Duero de no haber limpiado bien los cauces, que ahora «han arrastrado toneladas de escombros y basura».

Una de las infraestructuras más afectadas es la carretera provincial que une la localidad con la cercana Bóveda de Toro (Zamora), a 14 kilómetros. «El agua ha escarbado la zona y ha hecho desaparecer un carril. Así que ahora para ir a ese pueblo hay que dar un rodeo de 40 kilómetros». Se trata de la VA-610, que enlaza en la frontera provincial con la ZA-610.

La tormenta comenzó a las nueve y cuarto de la noche del pasado viernes, 31 de julio, y permaneció arrojando lluvia y granizo durante más de una hora.

La mayor incomodidad para la población es el taponamiento de uno de los principales desagües, que pasa por uno de los terrenos de la Confederación Hidrográfica del Duero. Se anegó. «Han saltado todas las arquetas, se han llenado de tierra, se ha compactado, y no sabemos en qué situación ha quedado ni qué costará devolverlo a su estado original», deploró.

«La solución no es barata y no tenemos medios», explica el edil. Por eso quiere pedir a otras instituciones que ayuden. Así, se ha puesto en contacto con el alcalde de Alaejos, Carlos Mangas. «Es otra zona muy afectada», dice.«Hemos hablado de pedir conjuntamente una ayuda extraordinaria»

El alcalde de Alaejos, por su parte, confirma que harán frente común para pedir apoyo a las administraciones. En su municipio «También ha habido daños grandes». La peor parte se la ha llevado el cementerio. «Se ha llenado de barro, y también la Ermita del Cristo».

Según Mangas, sólo para limpiar se necesitará el trabajo de un equipo de siete personas durante una semana entera. «Y luego habrá que recuperar los caminos mandando venir a una motoniveladoras y rodillos. Eso es muy costoso para pueblos con poco presupuesto», apostilla.