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DIPUTACIÓN

Carnero abre la Junta de Gobierno a los grupos en un mandato «complejo»

El presidente ‘popular’ clama consenso en su discurso de investidura tras ser elegido por mayoría simple con el apoyo de C’s L Anuncia un plan de promoción turística y un portal de transparencia

Aurora, madre de Jesús Julio Carnero, felicita a su hijo tras la investidura.-Miguel Ángel Santos

Publicado por
Laura G. Estrada
Valladolid

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El resultado de las elecciones municipales había atrincherado en los últimos días al popular Jesús Julio Carnero en el discurso del diálogo para afrontar el nuevo mandato al frente de la Diputación de Valladolid y, ya investido en el cargo, habló sin tapujos del «presente complejo» en una Institución que tendrá que dirigir sin mayoría los próximos cuatro años, en un plenario «plural» donde se sientan cinco formaciones políticas.

Dificultad en la gestión que se acentúa, además, porque tres de esos cinco partidos abogaron ayer abiertamente en el pleno de constitución de la nueva corporación por eliminar las diputaciones, incluido Ciudadanos, con cuya representante había rubricado un acuerdo de mínimos para volver a ostentar el bastón de mando.

En esa línea del diálogo y el consenso incidió durante buena parte de su discurso, tanto con peticiones explícitas, como con píldoras repartidas a modo de recordatorio a lo largo de su intervención. Así, ensalzó que fue el método de trabajo que marcó el día a día de los últimos cuatros años como «principales instrumentos de acción de Gobierno» hasta culminar con un Pacto de Legislatura firmado por todos los grupos «por primera vez en la historia de la Institución».

«Creo profundamente en el diálogo y en el consenso. No sólo como actitud o cuestión de talante, sino como una obligación siempre y, en estos tiempos, como una necesidad», aseveró Carnero para tender la mano al trabajo conjunto a los nuevos grupos que se sentarán en el Salón de Plenos en este mandato recién iniciado.

La propuesta la materializó enseguida con la primera propuesta concreta de colaboración, al «invitar» a todos los representantes, «si así lo desean», a formar parte de la Junta de Gobierno que hoy mismo se constituye.

Un órgano donde el presidente tiene la potestad de asignar libremente a sus integrantes y cuyas funciones abarcan desde la autorización de créditos, la aprobación de convenios o la oferta de empleo público, hasta la solicitud de ayudas convocadas por la Junta de Castilla y León.

El ofrecimiento ahonda en esa idea de que «la variedad y el pluralismo enriquecen a la sociedad y la ayudan a crecer en madurez democrática». «Diversos, pero no desunidos», dijo el presidente de la Diputación aludiendo al cardenal oriundo de Medina de Rioseco, Carlos Amigo.

A falta de que hoy se rubrique la constitución de la Junta de Gobierno, la lógica hace prever que Jesús Julio Carnero exprimirá el límite de miembros que permite el reglamento, para tener mayoría en el órgano. Porque si todos los grupos aceptan la invitación, ocuparían ya cuatro asientos de los nueve posibles.

Con la puerta siempre abierta al consenso, según reiteró a lo largo de su discurso, el reelegido presidente interpretó la pérdida de la mayoría absoluta a partir del resultado de las urnas como un mensaje de los ciudadanos al diálogo entre formaciones y él dijo que «nunca hay que tener miedo a negociar», pues «la democracia no se puede entender sin la búsqueda de criterios».

Por eso Carnero animó al resto de partidos políticos a avanzar en un «proyecto integrador», trabajando de manera «conjunta» pero respetando la «personalidad» de cada uno, «para poder enriquecer la colectiva».

Dentro de esta propuesta se incluye la creación, como ya había anunciado, de un Consejo Social de la Provincia, y de un Portal de Transparencia donde se impulsará una plataforma on-line de participación ciudadana para que los vecinos puedan trasladar sus necesidades y valorar el grado de satisfacción de los servicios recibidos.

También hizo hincapié en la reivindicación al unísono de una «financiación local justa y suficiente para todas las entidades locales o la elección directa de los diputados provinciales y anunció los ejes que marcarán su programa.

Entre las medidas centradas en la calidad de vida para los ciudadanos del mundo rural destacó el refuerzo de servicios sociales, la potenciación del Plan de Transportes y el desarrollo de un Plan de Juventud. Entre las relativas a servicios públicos avanzó su intención de captar fondos europeos para apoyar las telecomunicaciones.

Y respecto al desarrollo económico, destacó «el fuerte impulso de promoción» al turismo para contribuir al desarrollo de la provincia, sobre todo con la «puesta en valor de productos agroalimentarios de calidad», e incidió en políticas para rebajar la cifra de desempleados y disipar el «drama del paro, del desahucio y del desarraigo», derivados de una crisis a la que, sin citar, recurrió para comenzar su alocución.

Declaración de intenciones donde tuvo palabras de agradecimiento para Ciudadanos, el partido que ayer le apoyó en la investidura con su abstención, después de haber rubricado el lunes un pacto de mínimos para arrancar el mandato.

La abstención de la diputada ‘naranja’, Pilar Vicente, facilitó que Jesús Julio volviera a ostentar la Presidencia de la Diputación de Valladolid, pero fue necesaria una segunda vuelta en la votación porque no logró mayoría absoluta en el primer recuento. El PP obtuvo el respaldo de sus 13 miembros; el PSOE, con sus diez diputados, votó en bloque a su portavoz, Teresa López; los dos de Toma la Palabra apostaron por su candidato, Salvador Arpa; y Sí se Puede tampoco entregó su voto a nadie y se decantó por su representante, Héctor Gallego.

La votación se prolongó durante veinte minutos, pues hubo que repetir el proceso y, con los mismos resultados que en la primera ocasión, el Partido Popular alzó a su candidato por mayoría simple. No hubo, por tanto, sorpresas en el frente izquierdo, que a instancias del PSOE había tratado de aupar a Teresa López.

Por delante, Jesús Julio Carnero se enfrenta al reto no sólo de buscar, obligado, el apoyo de otras fuerzas, sino también de convencer a Toma la Palabra, Ciudadanos y Sí se Puede de la «razón» de mantener las diputaciones provinciales como vía de conexión entre las comunidades autónomas y los ayuntamientos. No bajo el argumento de sus más de doscientos años de historia, sino demostrando que «la razón de ser son los alcaldes y concejales».

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