Pioneros en cooperación

¿Por qué se ayuda económicamente a países desfavorecidos con los problemas que hay aquí? Cuando una persona se plantea esta cuestión, es que algo está fallando en las estrategias de sensibilización ciudadana. Para lograr un cambio de actitud social y elaborar una agenda de ‘buenas prácticas’, la Diputación y la Universidad de Valladolid lideran un proyecto a nivel europeo en el que también participan Chipre, Italia, Malta, Polonia, Bulgaria y Grecia.

El trabajo lo desarrollarán en conjunto a lo largo de tres años, hasta 2017, y tiene como punto de partida una reunión en Valladolid, que tendrá lugar a mediados del próximo mes de mayo. En concreto, está previsto que los representantes de cada país participante en este proyecto de ‘Educación para el desarrollo en el ámbito rural europeo’ lleguen el 13, para celebrar al día siguiente en el primer encuentro.

El escenario elegido para presentar el proyecto el día 14 es el Castillo de Fuensaldaña. Allí acudirán no sólo los miembros de los países implicados, sino también un centenar de invitados de diferentes colectivos, como ayuntamientos, animadores socioculturales, agentes educativos, trabajadores de los Ceas o responsables de ONGs, que luego puedan contribuir a poner en práctica nuevas líneas de acción.

La encargada de inaugurar la jornada y poner el acento en la necesidad de promover un cambio es la profesora de cooperación al desarrollo de la Universidad de Valencia, Alejandra Boni, según confirmó el jefe del servicio de Acción Social de la Diputación, y miembro del proyecto, Aurelio Baró. 

El broche de esta jornada central será la celebración de una ‘mesa de experiencias’, en la que diferentes personalidades explicarán acciones que ya se están desarrollando, para dejar paso al día siguiente a una reunión más técnica.

El equipo del Observatorio de Cooperación Internacional para el Desarrollo de la UVA dará a conocer la herramienta informática creada para este proyecto, a fin de que todos los países utilicen el mismo sistema y los mismos métodos de evaluación.

A partir de ahí, cada miembro impulsará en su territorio grupos de debate sobre las causas de desigualdad y la pobreza, analizará la repercusión mediática de acciones de cooperación y reflexionará sobre la incidencia que tienen las subvenciones, las convocatorias o las acciones emprendidas, tanto en la opinión pública como en entornos educativos, para constituir la base que les permita después fijar una estrategia.

Tras estos primeros pasos, los siete países volverán a reunirse en 2016, en esta ocasión en Chipre, para analizar las conclusiones y perfilar nuevas técnicas, a fin de seguir avanzando en la materia hasta la siguiente puesta en común, que tendrá lugar en 2017 en Polonia.

Será allí donde se elabore una ‘agenda de buenas prácticas’ definitiva, que el grupo de trabajo presentará a la Comisión Europea para que pueda ser implementada en cualquier zona rural de todo el Viejo Continente. Un ejemplo a copiar sería, por ejemplo, el trabajo que están desarrollando a lo largo de todo este curso en el CRA Campos Góticos de Medina de Rioseco, con talleres o carreras solidarias para concienciar no sólo al alumnado, sino también a su entorno, de la necesidad de ayudar a países desfavorecidos.

En total, tres personas de la Diputación y otras seis de la Universidad de Valladolid –no todas a tiempo completo–, están inmersas en este proyecto, enmarcado en el Año Europeo del Desarrollo.