Las vivencias, una base para aprender

Algo está cambiando en la educación. Las vivencias como base para formar en los niños unos cimientos firmes que garanticen una sólida estructura de futuro son la clave para despertar el interés por el aprendizaje. Así lo enmarcaron los siete ponentes que ayer participaron en las dos mesas de debate ‘Pedagogías y Realidad’, celebradas en las IV Jornadas de los pueblos del Sequillo en Medina de Rioseco.

Los avances, coincidieron, no se basan en la inclusión de elementos más tecnológicos en las aulas, como pizarras digitales y ordenadores, sino en buscar las alternativas que permitan, sobre todo en los primeros siete años de vida, despertar la curiosidad.

Tarea de todos, y no sólo del maestro, los ponentes llamaron a la reflexión de las administraciones públicas, para conocer de primera mano la situación de los alumnos en los colegios o institutos; a los padres, para no convertir la casa en un segundo colegio o en un simple lugar de ocio, sino en un espacio donde darles las herramientas para seguir aprendiendo o enseñarles a jugar, y a los propios profesores, para no perder la ilusión de que «algún día florecerá el germen de los plantado».

Juan Carlos López, profesor del CRA Campos y Torozos de Medina de Rioseco, Thurit Armbruster, directora de la Escuela Waldorf El Puente Azul en Valladolid; Mercedes Carpintero y Nieves Huerta, profesoras de Educación Infantil en el colegio Virgen el Villar del Laguna de Duero; Francisco Gómez San Miguel, de la plataforma ‘No te vayas a Finlandia’; Manuel Ezía, director del IES Conde Lucanor de Peñafiel y Teresa redondo, directora en la Escuela Taller La Huella Verde en Villardefrades, fueron los participantes en la jornada.

El broche lo puso el concierto de la banda de música y la inauguración de la instalación ‘Lluvia’, creada a partir de materiales reciclados, tras la apertura de una muestra fotográfica sobre ‘Los tesoros del Sequillo’ y la III Carrera Intermunicipal de Cintas.