Arde un local con maquinaria de trabajo en un aserradero

Un aserradero ubicado en la localidad de Ataquines registró la noche del miércoles un incendio que arrasó el almacén donde los gestores de esta empresa familiar de larga tradición albergaban la maquinaria de trabajo, aunque las llamas no afectaron a la madera, dispuesta en un patio exterior.

Uno de los socios del negocio, Luis Miguel Rebollo, explicó que fue su mujer la que se percató del suceso, cuando al irse a la cama, en torno a las once de la noche, observó que la carpintería, ubicada justo al lado de su vivienda, estaba «iluminada».

Rápidamente se dieron cuenta de que se trataba de un incendio y fueron a sofocarlo pero, «nada más abrir la puerta» del local, relata, las llamas se propagaron, alimentadas por los «cincuenta litros» que tenían en las dependencias para el funcionamiento de las máquinas.

«No nos dimos ni cuenta de los extintores; sólo pensamos en apagarlo con cubos de agua, pero todo se prendió al abrir».

En una primera inspección ocular, parece que el incendio se originó a causa de un cortocircuito, y se extendió por un inmueble «impregnado del polvillo y las impurezas de la madera», cuyo techo también era de madera, con gruesas paredes de adobe.

A las 23.40 el servicio de emergencias 112 recibió el aviso del incendio y hasta allí se desplazaron efectivos de la Guardia Civil, así como tres dotaciones de los Bomberos de Diputación, una de ellas procedente de Medina del Campo y otras dos de Tordesillas, que permanecieron en el lugar hasta las 3.19 horas.

A pesar de la larga intervención, no fue necesario evacuar a los vecinos, puesto que las llamas no se propagaron más allá del local calcinado, y no existen viviendas colindantes.

Las instalaciones de aserradero Hijos de Félix Rebollo Valero, situadas en la calle Estación, cuentan con una superficie de entorno a los 14.000 metros cuadrados, según confirmó uno de sus responsables, pero la zona afectada fue un local de 150 metros cuadrados.

Sin tiempo para realizar aún la valoración de daños, Rebollo sí confirmó que no disponían de seguro «por el riesgo de este tipo de negocios», por lo que deberán costear ellos mismos los desperfectos del incendio.

«De momento tendremos que usar una herramienta vieja, que tenemos guardada desde hace diez años, procedente de otro aserradero que adquirimos, y luego estudiaremos si podemos acogernos a alguna subvención o método de financiación», agregó Luis Miguel Rebollo, con la firme intención de reabrir cuanto antes el negocio, en un plazo de diez o quince días.

«Esto se supera; hay que tirar para adelante como sea», expresó tras recordar que es la quinta generación que continúa con el negocio familiar.

Ayer por la mañana, los responsables de la empresa instalada en este municipio del suroeste de la provincia, iniciaron las labores de derribo del local afectado, para reconstruirlo.