El agresor disparó siete veces en el doble crimen del club Las Vegas

La juez del Juzgado de instrucción número 1 de Medina del Campo, Esther Gómez, denegó el lunes la petición de puesta en libertad del cónyuge varón de la pareja recluida por su presunta implicación en el crimen del club Las Vegas. La magistrada motivó su negativa en la gravedad de los delitos cometidos y en que continúa abierto el proceso de instrucción, según pudo saber ayer este periódico de fuentes cercanas al caso.

Por otra parte la abogada de Adrián A.B, presunto autor material, se sumó anteayer a las peticiones de puesta en libertad formuladas por los letrados, por considerar que no existen pruebas suficientes para justificar su internamiento en la cárcel y que la prisión comunicada y sin fianza debe utilizarse «sólo en casos excepcionales». La petición análoga con respecto a la tercera persona que, como los dos anteriores, se encuentra en la cárcel de Villanubla (la mujer de M.M.M, M.V.P.P, de 37 años), se encuentra aún en proceso de resolución.

Los letrados disponen de tres días para recurrir la resolución de la juez –que se espera sea la misma en todos los casos–, aunque nada indica que vayan a tomar esta medida si no cambian las circunstancias del proceso.

Nuevos detalles se han conocido tras el levantamiento del secreto de sumario el pasado 21 de octubre, que van completando el relato inicial de los hechos. Ayer trascendió, según las mismas fuentes, que Balística investiga al menos siete proyectiles disparados en el interior del club, y no sólo los cuatro que alcanzaron a las víctimas. Tres de las balas disparadas no lograron acertar en su objetivo y se incrustaron en las paredes del local.

Los dos presuntos implicados que declararon –la mujer se acogió a su derecho a no hacerlo– se ratifican en sus versiones. Aquel a quien las pesquisas apuntan como autor material, Adrián A.B, que se entregó a la Policía en Cáceres el pasado 11 de octubre, asegura que entró al club en compañía de M.M.M. para tomar algo pero, sin que él supiera sus intenciones, éste sacó una pistola y mató a tiros a las dos víctimas. También declaró que, previamente, ni siquiera sabía adónde iban.

Este relato de Adrián A.B, sin embargo, lo desmienten las testigos del crimen, tres empleadas de origen rumano que trabajaban en el local, pues han reconocido al individuo como el que discutió con la víctima y quien efectuó los disparos.

Precisamente ése es otro de los extremos desconocidos hasta ahora y que forma parte de la declaración de las testigos: los dos hombres que entraron al club no dispararon sin mediar palabra sino que, previamente, habrían pedido una copa y comenzado una discusión con el dueño del club, enfrentamiento que terminó en tragedia.

Por su parte M.M.M. mantiene que él y su cónyuge, M.V.P.P, se encontraron por casualidad con Adrián A.B. en los alrededores del Hotel Villa de Ferias. Como lo conocían, se acercaron a saludarlo y éste les pidió que le llevaran a Madrid. Le respondieron que solamente podían acercarle hasta Arévalo, lugar de residencia de ambos. Adrián entró en el coche pero, una vez cerca de Arévalo, encañonó en la cabeza a la mujer y les exigió que le llevaran hasta el municipio madrileño de Leganés. Ante el miedo de que matara a su mujer (en realidad su pareja de hecho, ya que no están formalmente casados), M.M.M. le llevó hasta allí.

En cuanto a la situación procesal del caso, el Juzgado número 1 de Medina del Campo ha asumido toda la instrucción, parte de la cual se encontraba en el número 2. El lunes nombró procurador de oficio para los acusados. Ahora está a la espera de los resultados de las pruebas periciales de balística, ADN, dactiloscópicas y de residuos de pólvora en las manos y vehículos de los presuntos implicados.

Los hechos se remontan a la tarde del pasado 5 de octubre, cuando dos individuos entraron al club Las Vegas de Medina del Campo y mataron a tiros al dueño del local, Mariano Esteban Gómez, de 42 años, y a la mujer de origen rumano Laura Mihaela Grosu, de 25, trabajadora del club. Presentaban dos disparos cada uno. A ambos les remataron con un tiro en la cabeza.