La Policía investiga un ajuste de cuentas por drogas

La principal hipótesis de la Policía Nacional es que un ajuste de cuentas por drogas es el móvil del doble crimen que dos sicarios, un hombre y una mujer, perpetraron el pasado domingo en el club Las Vegas, en Medina del Campo, y en el que murió Mariano Esteban Gómez, de 43 años, y una trabajadora rumana, L.M.G., de 25 años.

Los antecedentes policiales de Esteban podrían ser la clave para resolver el caso, bajo secreto de sumario. Fue detenido en julio de 2012 en la ‘Operación Rueda-5’, que se desarrolló en Arévalo, donde vivía y Madrigal de las Altas Torres, donde además tenía otro club de alterne. La operación fue coordinada por la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Ávila y el equipo territorial de Arévalo. Durante las investigaciones se determinó que los cuatro detenidos, entre los que se encontraba el fallecido, se dedicaban diariamente a la distribución de cocaína y hachís al menudeo, y que adquirían la droga a un vecino de Galapagar. En la operación se intervinieron 71 gramos de cocaína, 200 gramos de hachís y 2.030 euros en billetes.

Pero Mariano Esteban Gómez, padre de tres niñas y antiguo trabajador de la construcción, también tenía antecedentes por trata de blancas. Era propietario de clubs en Palencia, y Madrigal de las Altas Torres, además del de Medina. En este último, la Policía liberó a una menor que ejercía la prostitución. Fue hace dos meses. Hubo dos detenidos.

La Policía también investiga los enemigos que se había creado a lo largo de su vida. En Adanero, donde vivió hasta hace unos años y no dejó buen recuerdo, conocen las reyertas que prácticamente le desterraron de su localidad natal, La Nava de Arévalo.

El último fue hace unos mesasen en Arévalo, cuando acudió a casa de un socio con el que tenía un club de alterne en Palencia. «Le amenazó con una pistola, y fue acompañado de otro hombre que llevaba un hacha. El otro les plantó cara con un bate de béisbol», precisaron fuentes del caso. Él fue detenido por la Guardia Civil de Adanero, pero todavía se busca la supuesta pistola.

Tampoco fue la única vez que a Mariano, conocido por el apodo paterno de ‘Bartolo’ se le relacionaba con un arma de fuego. En Madrigal aún recuerdan que en una noche de trifulca en una discoteca también exhibió una pistola.

Por el momento, se trabaja en la identificación de los sicarios que descerrajaron varios tiros sobre él y una de sus camareras. «Actuaron a cara descubierta», revelaron fuentes policiales, y, al menos una de las tres chicas que también estaba en el interior del local, pudo verles. Fue ella quien, tras descubrir a Mariano y a la otra compañera cerró el club a cal y canto. Otras dos chicas huyeron por una puerta trasera. «Si no llegan a salir, habría cinco muertos», explicó un amigo del fallecido.

El crimen se produjo entre las 20.30 y las 21.00 horas. Según explicaron varios vecinos a este diario, Mariano había estado sentado en una silla en el exterior del local sobre las 20.00 horas, como acostumbraba. En algún momento, entró dentro, donde fue abatido junto a la joven por los pistoleros. Las reducidas dimensiones del local, de apenas 80 metros cuadrados y con cuatro o cinco habitaciones en su interior, hizo que los médicos del 112 sacasen los cadáveres al exterior para intentar reanimarlos.

El BMW rojo serie tres de Esteban Gómez, fue inspeccionado minuciosamente en el lugar de los hechos y trasladado después a dependencias policiales.

Aunque la Policía desconoce aún la vía por la que huyeron los autores, no descartan que lo hiciesen por la A-6, con enlace cercano al club, en la vieja carretera Madrid- La Coruña, por ser la forma más rápida de salir, tal y como comentó ayer el subdelegado del Gobierno, José Antonio Martínez Bermejo. De hecho, los agentes han peinado las cunetas por si los autores hubiesen lanzado el arma por la ventana en su huida.