Diario de Valladolid

FIESTAS DE SAN LORENZO VALLADOLID 2024 | FERIA TAURINA

Se llama Ismael Martín y chanela de esto

Imponente corrida de Antonio Bañuelos, con un gran toro, premiado con la vuelta al ruedo

Israel Martín agradece al público los aplausos recibidos

Israel Martín agradece al público los aplausos recibidosPHOTOGENIC

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Fernando Fernández Román
Valladolid

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«Uno, dos y tres, tres banderilleros en el redondel»… Así comienza el poema de Rafael Duyos que quiere homenajear a los toreros que cumplen la función de desafiar al toro a cuerpo limpio «danzando ante la muerte». Así, repitiendo machaconamente el «uno, dos y tres» durante varios pasajes, lo recitaba con voz de aguardiente de Rute la inefable Gabriela Ortega, emparentada con toreros históricos y cantaores de alto voltaje. Y así se planteó la corrida que cierra la feria de la Virgen de San Lorenzo de Valladolid, con tres matadores de toros que banderillean, haciendo de ese tercio de la lidia una especie de juego vistoso y riesgoso, un espectáculo aparte que tiene por elemento principal a unos palos arponados, vestidos con papelillos de colores y engomados a un palo de escoba, que pretenden dar lustre cromático a la única suerte de la lidia en que el torero va al encuentro del toro a cuerpo limpio, desnudo de telas y trebejos, ofreciendo su cuerpo al azar de un breve cuarteo o un quiebro imperceptible, segundos antes de que la ‘ofrenda floral’ se deposite indeleble en lo alto de un morrillo vacuno, convertido en maceta provisional. El «uno, dos y tres» del poeta valenciano tenía nombre y apellidos: El Fandi, Manuel Escribano e Ismael Martín, tres toreros que banderillean, tres toreros que añaden un plus de interés especial a las corridas de toros, un tipo de corridas que encontró su auge en España durante los años 70 de siglo pasado y su culmen en los 80, con aquellas rivalidades entre Esplá, Mendes y El Soro, por ejemplo, que ponían las Plazas a reventar.

En esta del paseo de Zorrilla, los susodichos actuales no llegaron a tanto, ni muchos menos, pero en cambio se vieron toros de abundante romana y leña arbolada en el testuz, algunos de gran juego, y dos toreros ‘especialistas’ en este tipo de corridas, donde aflora lo que esta Fiesta tiene de espectáculo. El Fandi, justificando sus cualidades primorosas y su facilidad estoqueadora, cumplió con las expectativas; Manuel Escribano, con el peor lote, se justificó con creces y una excelente y agradable sorpresa: un torero nacido en Zúrich (Suiza), pero recriado en Cantalpino, llamado Ismael Martín, cortito de talla física pero parece sobrado de talla artística -porque, banderillas aparte- toreó con enjundia y empaje a la verónica, desempolvó el Quite de Oro de mexicano Pepe Ortiz y manejó la muleta con temple, mando y desparpajo. A espadazo limpio acabó con sus toros y se fue de la plaza en hombros, junto a El Fandi. Así se cerró la feria de la Virgen de San Lorenzo y la corrida de los tres banderilleros, un festejo que deparó momentos de indudable calidad artística en toros y toreros (especialmente la sorpresa de Ismael Martín) y otros lamentables, con dos toros derrumbados en el ruedo de forma accidental. Así fue y así hemos tratado de contarlo. “Uno, dos y tres”, se acabó la función. Hasta el año que viene. Telón.

DOMINGO 8 DE SEPTIEMBREDE 2024 / 5ª DE FERIAS

Feria taurina Valladolid 2024. Quinta y última corrida.  Toros de Antonio Bañuelos. Corrida grande y seria, con dos toros de escaso empuje, segundo y quinto. El resto bravos y codiciosos, especialmente, el cuarto, premiado con la vuelta al ruedo. Primero y cuarto devueltos, por lastimarse al comienzo de la lidia y sustituidos por dos sobreros del mismo hierro, bravos y nobles.

DAVID FANDILA EL FANDI Estocada desprendida, aviso y silencio y estocada, dos orejas.

MANUEL ESCRIBANO Estocada ladeada, oreja y estocada, ovación.

ISMAEL MARTÍN Estocada algo desprendida, dos orejas y estoconazo tendido, aviso y oreja.

ENTRADA. Media plaza.
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