Diario de Valladolid

FERIAS DE SAN LORENZO VALLADOLID 2024

Con el negocio y la casa a cuestas hasta las Fiestas de Valladolid

José Miguel y Rebeca pertenecen a dos familias distintas, de dos atracciones diferentes del Real de la Feria, pero con un punto en común: su vocación por hacer felices a los niños

José Miguel Martín, presidente de la Asociación de Feriantes de Valladolid

José Miguel Martín, presidente de la Asociación de Feriantes de ValladolidPHOTOGENIC

Publicado por
Andrea Villares
Valladolid

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Llegan a las cuatro de la madrugada al reciento ferial y a las ocho de la mañana ya están despiertos para poner sus atracciones a punto. El primer día es lo peor. Horas de montaje, revisiones y limpieza sin haber dormido apenas nada porque vienen de otra ciudad. Mientras tanto, sus hijos estudian en casa con su madre o, en algunos casos, en las caravanas que son sus hogares rodantes. Así es el día a día de un feriante.

José Miguel Martin de la Cruz es el actual presidente de la Asociación de Feriantes de Valladolid. Tiene cuatro atracciones: dos pistas de coches de choque para adultos, una para niños y una de scalextric. "El día a día es trasnochar, porque por ejemplo en nuestro caso tenemos atracciones en otras ciudades, como Palencia, y tenemos que instalarlas aquí para poder tenerlas a tiempo. Vienes a las tres o a la cuatro de la madrugada muchas veces y a las ocho u ocho y media tienes que estar otra vez montando las atracciones".

Padre de dos hijos, lleva toda la vida dedicándose al negocio. Cuando sus retoños eran más pequeños, estudiaban en casa con su madre. "Nosotros seguíamos haciendo la campaña en octubre, en noviembre normalmente paramos, en diciembre siempre hacemos Navidades y luego ya arrancamos en febrero o marzo. En nuestro caso, mi mujer se quedaba con ellos, en otros casos a lo mejor lo hace algún familiar cercano". Ahora que sus hijos son adultos, acompañan a su padre en el timón del negocio familiar. "Hay gente cuyos hijos no quieren seguir con este negocio porque es algo muy esclavo y muy duro, te tiene que gustar, si no es muy difícil", comenta el feriante. "Cuando los hijos son jóvenes, el trabajo y la fiesta lo compaginan bien. Nuestra vida es un poco de estar quince o veinte días en cada ciudad y eso les gusta".

Sobre la posibilidad de ampliar el número de atracciones, por ahora no lo contempla. "Somos cuatro personas en casa, un matrimonio y dos hijos. Uno de ellos ya está casado y todo lo tenemos controlado. Por ahora ya estamos cubiertos". Y es que este negocio familiar se remonta a la época de los abuelos de José Miguel. "Empezaron mis abuelos, luego mis padres, ahora yo y en el futuro lo llevarán mis hijos. Mi padre empezó en torno a los años 60 y mis abuelos anteriormente llevaban tómbolas y casetas, atracciones propias de aquella época", señala. 

En cuanto a las labores de montaje, el primer día es lo más duro. "El primer día hay que montar la atracción, revisarla y limpiarla. Luego ya el resto de días simplemente es limpiar y pasar la revisión general de por las mañanas, que si el día anterior a la hora de cerrar no ha habido ningún problema, únicamente es limpiar. Si una bombilla o una figura no luce hay que madrugar un poco más de lo habitual para dejarlo resuelto". 

Sobre la temporada de fiestas en la que muchos pueblos solapan sus ferias, José Miguel señala que "como somos muchos en el gremio, siempre nos coincide alguna feria, pero normalmente tenemos la ruta marcada con antelación En mi caso siempre me coincide Palencia y Valladolid, a otros les coincide Medina del Campo o Laguna de Duero. Solemos tener dos o tres atracciones para cubrir esos casos".

Por otro lado, Rebeca es una joven que tomó el relevo de su abuela hace unos tres años. Junto a su marido, lleva una de las atracciones más tradicionales de las ferias: las icónicas camas elásticas. "Venimos desde Barakaldo (Bilbao) y la atracción ya lleva 15 años en marcha, mientras que mi abuela ha estado unos 30 o 40 años. Sigue viniendo de vez en cuando".

Su día a día es muy similar al de José Luis. "Nos levantamos pronto y comprobamos que todo está bien y que está a punto para abrir. Nosotros llegamos el martes para prepararlo todo porque teníamos mucho tiempo y hemos ido montando la atracción poco a poco, para evitar horas de calor y demás. Al ser camas elásticas en unas cuatro horas están ya listas".

En cuanto a la cantidad de pueblos que recorren a lo largo de un año, Rebeca indica que suelen ser entre diez u once pueblos. Lo más difícil, para ella, es que en carretera vaya todo bien y que todo esté al día. "Lo más importante para nosotros es que a la gente le guste nuestro trabajo y que monten en la atracción". 

Al igual que José Luis, Rebeca recalca la importancia vocacional que tiene esta profesión. "Para ser feriante te tiene que gustar. Yo lo llevo muy bien y estoy muy contenta. Si puedo, seguiré todo lo que aguante", apunta.

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